Tras el colapso y la crisis del ecosistema en 2022, los antiguos activos estrella de las criptomonedas como LUNA, LUNC, USTC y FTT recibieron la denominación de “criptomonedas en bancarrota”; pocos inversores se atrevieron a acercarse a ellos. Sin embargo, de forma inesperada, varios de estos tokens han protagonizado recientemente repuntes notables.
LUNA y UST (posteriormente USTC) fueron el pilar del ecosistema Terra, desarrollado por Terraform Labs. UST mantenía la paridad con el dólar estadounidense y LUNA aportaba estabilidad y liquidez. En mayo de 2022, UST perdió su paridad y la confianza de los inversores se desmoronó, lo que llevó a una depreciación acelerada de LUNA que prácticamente eliminó su valor. LUNC, el token heredado, y USTC (antes UST) quedaron relegados al olvido. FTT también se asoció con la bancarrota tras el colapso del exchange FTX. La mayoría consideraba que estos tokens no tenían posibilidad de recuperarse.

Gráfico: https://www.gate.com/trade/FTT_USDT
La actividad del mercado ha aumentado notablemente. En solo 24 horas, a principios de diciembre de 2025:
Algunos informes indican que LUNA llegó a subir un 39 % en un solo día. Los analistas atribuyen este movimiento a la especulación sobre los “tokens concepto bancarrota”, a pesar de que no se han producido mejoras fundamentales. En el caso de USTC y LUNC, la reducción de la oferta mediante grandes quemas promovidas por la comunidad ha servido para disminuir la circulación y generar escasez.
Este repunte responde a varios factores clave:
Pese al repunte, persisten riesgos significativos:
Si tienes alta tolerancia al riesgo, suficiente capital para asumir grandes fluctuaciones y aceptas el peor escenario, puedes considerar LUNA, LUNC, USTC y FTT como “activos especulativos de alto riesgo”. Destinar una pequeña parte para operar a corto plazo podría generar rendimientos elevados. Sin embargo, fija stop-loss estrictos y nunca consideres estos tokens como “inversiones de valor a largo plazo”.
Si prefieres la estabilidad y priorizas los fundamentos y el crecimiento sostenible, estos tokens no ofrecen actualmente una lógica convincente y mantenerlos a largo plazo implica una incertidumbre considerable. Esperar al margen puede ser la opción más sensata.
Los criptoactivos en bancarrota han protagonizado un regreso espectacular, que puede parecer milagroso. No te dejes llevar por subidas puntuales ni por el entusiasmo comunitario. Estos tokens carecen de ecosistemas sostenibles y de un respaldo de valor real; sus repuntes son temporales y responden a la especulación y la escasez artificial.
Si decides entrar en este mercado de riesgo extremo, trátalo como una apuesta: invierte solo lo que puedas permitirte perder y nunca lo consideres una “victoria segura” o una “inversión estable”. Investiga por tu cuenta y actúa con máxima cautela.





