El desarrollo del sector blockchain ha hecho que Proof of Stake (PoS) desplace progresivamente a Proof of Work (PoW) como mecanismo de consenso principal en las cadenas públicas más relevantes. El modelo PoS exige que los usuarios bloqueen activos en staking para contribuir a la seguridad y funcionamiento de la red, obteniendo como contraprestación recompensas de bloque. Sin embargo, los esquemas de staking tradicionales arrastran problemas de liquidez: los activos quedan inmovilizados durante largos periodos y no pueden emplearse libremente ni en otras actividades financieras. Esta limitación reduce la eficiencia del capital y desincentiva la participación en staking.
Para superar este obstáculo, surgen los protocolos de liquid staking (LSD). El usuario deposita activos nativos (por ejemplo ETH) en el protocolo y recibe un token (stETH, rETH, frxETH, etc.) que representa los fondos en staking y sus derechos de rendimiento. Estos tokens son transferibles en mercados secundarios y pueden emplearse como colateral en DeFi, permitiendo acceder tanto a las recompensas de staking como a la liquidez de los activos. Por este motivo, el liquid staking actúa como puente clave entre PoS y DeFi. A 19 de septiembre de 2025, el TVL total de este segmento supera los 85 mil millones USD.
En la actualidad, protocolos como Lido, Jito y Rocket Pool dominan el ecosistema de Ethereum y comienzan a expandirse a otras cadenas públicas como Cosmos, Polkadot y Solana. El crecimiento acelerado del liquid staking no solo ha transformado la forma de participar en staking, sino que también ha impactado de modo profundo en la seguridad, la descentralización y el mercado de derivados financieros del blockchain.
Este informe aborda un análisis sistemático de los protocolos de liquid staking, profundizando en su diseño, modelos económicos, factores de riesgo y tendencias de futuro. La comparación de prácticas y métricas de cada protocolo busca aportar información relevante y referencias útiles para profesionales y participantes del sector.
Bajo el sistema Proof of Stake (PoS), los usuarios participan en la seguridad de la red mediante el staking de tokens, obteniendo recompensas de bloque y comisiones de transacción. El modelo tradicional de staking presenta tres grandes limitaciones:
Estos factores limitan la adopción del staking y repercuten negativamente en la descentralización de los sistemas PoS.
El liquid staking mejora la liquidez frente al modelo tradicional gracias a la emisión de tokens derivados transferibles. El proceso habitual es:
Así, los usuarios obtienen simultáneamente rendimiento y liquidez, optimizando el uso de su capital.
A 19 de septiembre de 2025 existen 12 protocolos de liquid staking con TVL superior a 1 mil millones USD; Lido concentra más del 45 % del mercado y representa cerca de la mitad del total. Lanzado en diciembre de 2020, Lido disfruta de ventaja de pionero. El resto de protocolos presentan diferencias de TVL reducidas. Aquellos con menos de 1 mil millones USD representan el 12,4 % del mercado, lo que revela un entorno muy fragmentado y potencial de crecimiento e innovación de producto para el futuro.
Lido es el protocolo de liquid staking sobre Ethereum gestionado por Lido DAO, creado para solucionar los problemas de liquidez del staking en las primeras fases de Ethereum 2.0. Antes, era obligatorio bloquear 32 ETH en nodos validadores sin posibilidad de retiro hasta futuras fases, lo que suponía fondos inmovilizados y falta de liquidez.
Lido resuelve este punto mediante el token stETH, que permite mantener liquidez y cobrar recompensas de staking. Solo hay que depositar ETH en su contrato inteligente y se recibe una cantidad equivalente de stETH, que puede usarse para trading, transferencias o como colateral en DeFi. Frente al staking en exchanges centralizados, la arquitectura descentralizada de Lido ofrece mayor seguridad y transparencia.
El funcionamiento de Lido descansa en la colaboración entre contratos inteligentes, operadores de nodos y la gobernanza de la DAO. El objetivo es ofrecer una solución para obtener recompensas de staking en Ethereum 2.0 sin inmovilizar fondos y con seguridad.
El usuario deposita ETH en los smart contracts desplegados en Ethereum 1.0; estos fondos se transfieren al contrato de staking de Beacon Chain (Ethereum 2.0) y se recibe la misma cantidad en stETH. El saldo de stETH se ajusta dinámicamente según los resultados de los validadores y refleja fielmente rendimientos y riesgos. A diferencia del staking tradicional, no es necesario esperar la Fase 2 de Ethereum 2.0 para recuperar los fondos: el usuario puede negociar stETH o emplearlo en DeFi, mejorando así la liquidez y eficiencia del capital.
A nivel de nodos, Lido selecciona operadores mediante la DAO, que gestionan validadores y garantizan el funcionamiento del staking. Los operadores no controlan los fondos de los usuarios, que quedan bajo el smart contract y totalmente segregados, eliminando el riesgo de gestión individual. Además, Lido DAO gestiona las claves de retiro con sistema BLS m-of-n, aumentando la seguridad frente a una sola clave privada y manteniendo la flexibilidad de gobernanza. Para limitar el riesgo, Lido reparte los fondos entre múltiples operadores profesionales.
La distribución de recompensas y comisiones se gestiona por oráculos. Estos, elegidos por la DAO, monitorizan el desempeño de los validadores en Beacon Chain y transmiten los datos a los smart contracts en Ethereum 1.0. Con estos datos, el ratio de intercambio de stETH se ajusta automáticamente. Las recompensas están sujetas a una comisión del 10 %, repartida entre operadores, tesorería DAO y fondo de seguro para slashing. Este fondo compensa pérdidas menores y aporta mayor resiliencia al protocolo.
Lido basa su sistema en los tokens stETH y LDO, dedicados respectivamente a la representación de valor y la gobernanza.
Jito es un servicio de liquid staking en Solana que une las recompensas de staking con ingresos por MEV (Maximum Extractable Value), permitiendo maximizar el rendimiento sin sacrificar liquidez. Hoy, el 97,8 % de staking en la red Solana se gestiona desde el cliente Jito-Solana. Quienes delegan SOL en el pool reciben JitoSOL, token de liquid staking que puede emplearse en DeFi y refleja tanto el rendimiento de staking como el MEV. Jito solo delega en validadores que utilicen el cliente MEV y cumplan criterios de seguridad y eficiencia, equilibrando así rentabilidad y salud de la red.
Jito emplea StakeNet, sistema automatizado para seleccionar validadores y repartir staking. Estos deben ejecutar cliente MEV, mantener comisiones bajas, alto índice de votos y rendimiento estable, evitar cambios inseguros en el consenso y no formar superminorías. StakeNet analiza el histórico y puntúa dinámicamente, garantizando el rebalanceo entre validadores y optimizando seguridad y rentabilidad.
Para capturar MEV, Jito emplea subastas: los buscadores MEV envían paquetes de transacciones que el Block Engine simula y evalúa en busca de la opción más rentable. Los paquetes seleccionados van a validadores MEV para su inclusión on-chain. El modelo prioriza transacciones de alto valor, reduce la congestión y el spam, y reparte de forma justa ingresos MEV y comisiones entre validadores y stakers.
El valor de JitoSOL se mide por un ratio de intercambio que crece al sumar las recompensas de staking y MEV. A diferencia de otros modelos, la cantidad de JitoSOL en la wallet del usuario permanece estable, mientras su valor se incrementa, permitiendo beneficiarse de la capitalización compuesta. JitoSOL puede usarse en DeFi para préstamos, liquidez o derivados, lo que maximiza la eficiencia de capital. Las operaciones (stake/unstake y JitoSOL–SOL) están optimizadas para una experiencia fluida, y existen APIs para el seguimiento en tiempo real de las recompensas y comisiones.
El modelo de Jito gira en torno a JitoSOL y JTO, orientados a la representación de valor y la gobernanza del protocolo.
La emisión total de JTO es de 1 mil millones de tokens, repartidos entre comunidad (34,3 %), ecosistema (25 %), contribuyentes clave (24,5 %) e inversores (16,2 %).
La oferta total se irá desbloqueando gradualmente hasta completar el ciclo de los 1 mil millones de tokens.
Rocket Pool es uno de los protocolos de liquid staking descentralizado pioneros en Ethereum. Propuesto en 2016 y fundado en Australia por David Rugendyke en 2017, tras años de desarrollo lanzó su mainnet el 9 de noviembre de 2021. Rocket Pool se define como pool de staking comunitario y descentralizado para ETH, aportando seguridad y autonomía.
Su misión es reducir las barreras y reforzar la descentralización en Ethereum. A diferencia del staking tradicional (requiere nodo propio y 32 ETH), Rocket Pool permite participar con solo 0,01 ETH, recibiendo rETH como certificado. Para ser operador de nodo, basta con 16 ETH (el pool cubre el resto) y algunos incentivos extra.
Rocket Pool conecta stakers y operadores con un modelo de doble entrada. El usuario deposita ETH y recibe rETH, que no aumenta la oferta pero sí su valor con el tiempo, gracias al interés compuesto por las recompensas de staking. El usuario puede conservar rETH o usarlo como colateral en DeFi, préstamos o liquidez.
Para los operadores, Rocket Pool rebaja el umbral: solo exige 16 ETH y colateral en RPL para crear un validador, el resto lo aporta el pool de staking. Los operadores reciben recompensas de staking y comisiones, y el RPL funciona como seguro: si hay mala praxis o slashing, se emplea el RPL bloqueado para compensar a los usuarios. Este modelo de Minipool refuerza la seguridad y la descentralización en Ethereum.
La actualización Saturn de 2025 rebajó aún más las barreras y mejoró la estructura de recompensas:
En conjunto, Saturn redefine Rocket Pool como infraestructura de staking eficiente, descentralizada y de bajo umbral de acceso.
El sistema de Rocket Pool se basa en rETH y RPL, orientados respectivamente a la representación de valor y a funciones de gobernanza y seguridad.
En resumen, los tres principales protocolos siguen modelos de doble token: uno para representación de staking y otro para gobernanza. Lido lidera en TVL y rentabilidad; Jito es el más competitivo en rendimiento anualizado.
El análisis trimestral del TVL (Total Value Locked) muestra que Lido conserva el liderazgo absoluto. Desde 2023 ha crecido de 9 mil millones USD a más de 40 mil millones USD en 2024. Tras algunas fluctuaciones a comienzos de 2025, se mantiene por encima de los 42 mil millones USD. Esta tendencia confirma la solidez de Lido y su capacidad para retener usuarios en staking de Ethereum. Por tamaño, es la entrada principal a Ethereum staking y pilar de liquidez para el conjunto de DeFi.
En comparación, Jito tiene menor escala, pero su ritmo de crecimiento es igualmente destacable: pasó de menos de 100 millones USD a casi 4 mil millones USD en el tercer trimestre de 2025, consolidándose como referencia en el liquid staking de Solana.
El APY medio de Lido es del 2,58 %, en línea con Rocket Pool (2,36 %), lo que avala la estabilidad de los rendimientos de staking en Ethereum. Jito, en cambio, alcanza el 6,63 % de APY medio, muy por encima de la competencia basada en Ethereum. Su ventaja proviene de la mecánica de captura y reparto de MEV de Solana, que permite a los stakers sumar ingresos adicionales en las subastas de bloques. Así, Jito resulta más atractivo en términos de rendimiento, aunque sus retornos pueden ser más volátiles. Lido y Rocket Pool ofrecen rendimientos más estables y consistentes.
En cuanto a rentabilidad, Lido ha demostrado el mayor nivel de estabilidad y crecimiento. Desde el segundo semestre de 2023 sus ganancias trimestrales oscilan entre 20 y 27 millones USD. Tras registrar una pérdida de –41,7 millones USD a finales de 2022, Lido recuperó rápidamente la senda positiva, reforzado por su base de usuarios y el desarrollo del ecosistema. Esta consistencia consolida su posición como referencia en liquid staking.
Por su parte, Jito y Rocket Pool presentan una rentabilidad menos estable. Jito ha mantenido beneficios modestos (entre 1 y 4 millones USD al trimestre), pero experimentó una pérdida significativa a comienzos de 2025, lo que expone la volatilidad de su sistema de incentivos. Rocket Pool registra pérdidas recurrentes, con déficits de varios millones USD por trimestre. En 2025 sigue sin alcanzar rentabilidad; su modelo económico prioriza la expansión comunitaria por encima de los resultados financieros directos.
El fuerte desarrollo de los protocolos de liquid staking en cadenas públicas como Ethereum y Solana aporta liquidez y eficiencia de capital, pero introduce diversas fuentes de riesgo. Se pueden agrupar en seis grandes categorías:
Riesgo técnico y de contrato inteligente
La dependencia de los smart contracts implica que cualquier fallo, manipulación de oráculos o carencia de auditoría puede traducirse en robos o fallos sistémicos. El elevado volumen gestionado supone un incentivo notable para los atacantes.
Riesgo de validadores y staking
El valor de los tokens de staking depende de los activos subyacentes. Si los validadores presentan fallos, caen offline o sufren slashing, el valor de los activos se reduce. En modelos con múltiples validadores, un fallo aislado puede provocar pérdidas en cascada.
Riesgo de descentralización y gobernanza
La concentración de stake en pocos validadores debilita la descentralización y seguridad de la red. Asimismo, si los tokens de gobernanza se acumulan en pocas manos, pueden darse ataques de gobernanza o prácticas de extracción de rentas, perjudicando el desarrollo saludable del protocolo.
Riesgo de mercado y liquidez
Aunque los tokens de staking son negociables, su referencia al activo subyacente no siempre es firme. En momentos de tensión o pánico, pueden perder la paridad, impidiendo la redención 1:1. El caso de stETH muestra precedentes de depeg en situaciones de volatilidad.
Riesgo ecosistémico
Los protocolos de liquid staking dependen estrechamente de cadenas concretas. Fallos técnicos en el blockchain (por ejemplo, caída de la red o pérdida de consenso) afectan directamente a los protocolos. La creciente presión regulatoria podría clasificar en el futuro estos protocolos como valores o productos financieros regulados, introduciendo incertidumbre legal.
Riesgo específico de protocolo
Los protocolos de liquid staking han resuelto la contradicción estructural del bloqueo de activos y la falta de liquidez en el staking PoS tradicional, maximizando la eficiencia de capital y reforzando la seguridad de la red. El bajo riesgo y la estabilidad de rendimiento han atraído flujo masivo de usuarios y capital, impulsando además la innovación financiera como Pendle y expandiendo el alcance de los criptoactivos. Lido, Jito y Rocket Pool, como principales referencias, ofrecen ventajas diferenciadas (liderazgo temprano, innovación MEV y visión de descentralización), y juntos sustentan el crecimiento del mercado de liquid staking en Ethereum y Solana.
Sin embargo, estos avances implican nuevos retos: riesgos de contratos inteligentes, concentración en gobernanza, depeg de mercado e incertidumbre regulatoria. En adelante, su evolución se orientará hacia cuatro líneas clave:
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