En 2025, el mercado de criptomonedas alcanzará un momento decisivo: los inversores institucionales asumirán el liderazgo como principal motor, mientras que la participación minorista disminuirá de forma notable. Aishwary Gupta, Global Head of Payments and Real World Assets en Polygon Labs, destacó recientemente en una entrevista que el capital institucional ya representa cerca del 95 % de los flujos totales hacia cripto, mientras que los inversores minoristas suponen únicamente entre el 5 % y el 6 %. Este cambio marca una transformación profunda en la dinámica del mercado.
Gupta precisó que este giro institucional responde a la maduración de la infraestructura, no a un cambio de percepción. Gestores de activos de referencia, como BlackRock, Apollo y Hamilton Lane, están asignando entre el 1 % y el 2 % de sus carteras a activos digitales, incrementando su presencia a través de ETFs y productos tokenizados en blockchain. Como ejemplos de las alianzas de Polygon, citó los pilotos de trading DeFi de JPMorgan bajo la supervisión de la Autoridad Monetaria de Singapur, el proyecto de tesorería tokenizada de Ondo y el staking regulado con AMINA Bank. Estos casos demuestran que las blockchains públicas ya pueden satisfacer los requisitos de cumplimiento y auditoría del sector financiero tradicional.
La adopción institucional se sostiene en dos factores clave: la búsqueda de rentabilidad y la eficiencia operativa. La primera fase se centra en obtener rendimientos estables mediante tesorerías tokenizadas y staking bancario. La siguiente etapa explota las ventajas de la blockchain: liquidación más rápida, liquidez compartida y activos programables, lo que lleva a las grandes entidades financieras a experimentar con estructuras de fondos y modelos de liquidación on-chain.
Por el contrario, los inversores minoristas han reducido su actividad principalmente debido a las pérdidas y a la desconfianza tras el último ciclo de meme coins. Gupta insistió en que no se trata de una retirada definitiva; a medida que surjan productos más regulados y transparentes, la participación minorista se recuperará progresivamente.
Ante la inquietud de que la entrada institucional pueda debilitar el carácter descentralizado de las criptomonedas, Gupta sostuvo que mientras la infraestructura permanezca abierta, la presencia institucional no centralizará las blockchains; al contrario, reforzará su legitimidad. Indicó que las redes financieras del futuro serán sistemas integrados donde DeFi, NFTs, tesorerías, ETFs y otras clases de activos convivirán en una única cadena pública.
Sobre si el predominio institucional podría limitar la innovación, Gupta admitió que el aumento de la regulación puede restringir cierta experimentación. Sin embargo, a largo plazo, esto permitirá al sector desarrollar vías de innovación más robustas y escalables, en lugar de depender de pruebas rápidas y poco normativas.
De cara al futuro, Gupta prevé que la liquidez institucional contribuirá a estabilizar aún más los mercados, con menor especulación y menor volatilidad. La tokenización de RWA y las redes de staking de nivel institucional registrarán un crecimiento acelerado. La interoperabilidad será esencial, pues las instituciones necesitarán infraestructuras que permitan transferencias de activos fluidas entre blockchains y capas de agregación.
Gupta subrayó que la entrada institucional no implica una apropiación de las criptomonedas por parte de las finanzas tradicionales, sino un proceso colaborativo para construir nuevas infraestructuras financieras. La criptomoneda está evolucionando de activo especulativo a tecnología fundamental para el sistema financiero global.





