
El bloque 1 es el primer bloque tras el Genesis Block (Bloque 0) en la blockchain de EOS y posee una relevancia histórica y técnica destacada. Como bloque operativo inicial de la cadena de EOS desarrollada por Block.one, el bloque 1 contenía el estado original de la distribución de tokens EOS y los parámetros fundamentales de configuración de la red, marcando así el inicio oficial de la mainnet de EOS. La exitosa generación del bloque 1 no solo materializó la arquitectura técnica de EOS, sino que también supuso el lanzamiento oficial de una plataforma blockchain comercial basada en el software EOSIO.
El bloque 1 surgió en junio de 2018, marcando un hito tras el lanzamiento de la plataforma EOSIO desarrollada por Block.one. Block.one fue fundada por Brendan Blumer y Dan Larimer, este último creador de la tecnología Graphene y cofundador de BitShares y Steem. En la blockchain de EOS, la creación del bloque 1 logró varios hitos clave:
Este proceso fue verificado y ratificado colectivamente por 21 Block Producers seleccionados a nivel mundial, evidenciando el carácter descentralizado de la red EOS.
El mecanismo central del bloque 1 en la blockchain de EOS se basa en el algoritmo de consenso Delegated Proof of Stake (DPoS), concretado en los siguientes puntos:
Desde el punto de vista técnico, el bloque 1 empleó la tecnología de snapshot de blockchain para mapear con precisión el estado de los saldos de los titulares de tokens EOS ERC-20 en Ethereum a la mainnet de EOS. Este bloque incluyó además el despliegue inicial de smart contracts a nivel de sistema, sentando las bases para el desarrollo de aplicaciones y futuras actualizaciones del sistema.
Pese a su papel esencial en el ecosistema EOS, el bloque 1 afrontó riesgos y desafíos relevantes:
Estos desafíos reflejan los dilemas habituales en las fases iniciales de lanzamiento de blockchains públicas, donde es imprescindible equilibrar la seguridad de la red, el nivel de descentralización y la eficiencia.
Como bloque fundacional de la blockchain de EOS, el bloque 1 representa no solo un hito técnico, sino también un caso de estudio clave en la evolución de los modelos de gobernanza dentro de los ecosistemas blockchain. Ilustra la complejidad del lanzamiento de blockchains públicas a gran escala y la estrecha conexión entre tecnología y gobernanza. Las lecciones extraídas del bloque 1 han servido de referencia para proyectos posteriores, especialmente en materia de gobernanza descentralizada, asignación de recursos y distribución inicial de tokens. A medida que el ecosistema EOS ha evolucionado, la infraestructura básica establecida por el bloque 1 ha experimentado múltiples actualizaciones y mejoras, aunque sus principios fundamentales siguen guiando la operativa de toda la red.


