
Un esquema triangular (también denominado esquema piramidal) es un modelo de negocio ilegal en el que los organizadores prometen a los participantes altos rendimientos por captar nuevos miembros, en lugar de por la venta de productos reales o la prestación de servicios legítimos. Esta estafa depende de una red de participantes en constante crecimiento, donde los primeros en entrar obtienen beneficios a costa de los fondos aportados por quienes se incorporan posteriormente. Sin embargo, por la necesidad de un crecimiento exponencial de participantes, estos modelos están condenados matemáticamente al fracaso, lo que provoca pérdidas para la mayoría (habitualmente los últimos en unirse).
Los esquemas triangulares tienen rasgos distintivos que los convierten en objetivo de la supervisión regulatoria:
Estructura jerárquica: El esquema suele crear una red multinivel en la que unos pocos en la parte superior se benefician del dinero que fluye desde la gran masa de participantes de la base.
Cuotas de entrada: Los participantes normalmente deben abonar una cantidad determinada como "cuota de entrada" o "inversión" para acceder.
Origen de los rendimientos: Los beneficios proceden principalmente del reclutamiento de nuevos miembros, no de actividades empresariales legítimas.
Insostenibilidad: Estos esquemas son matemáticamente inviables, ya que requieren incorporar nuevos participantes a un ritmo que supera rápidamente la población disponible.
Técnicas de camuflaje: Los esquemas triangulares modernos suelen disfrazarse como marketing multinivel, marketing de redes u oportunidades de inversión innovadoras.
Promesas engañosas: Los organizadores suelen hacer promesas de ganancias poco realistas, como "rendimientos garantizados" u ofertas de "enriquecimiento rápido".
Los esquemas triangulares generan efectos negativos masivos en los mercados financieros y en la sociedad:
Estos modelos causan pérdidas de miles de millones de dólares a nivel global cada año, con víctimas en numerosos países y regiones. Tras el colapso del esquema, normalmente solo entre el 1 % y el 2 % de los primeros participantes obtienen beneficios, mientras más del 98 % pierde su inversión.
En el sector de las criptomonedas, los esquemas triangulares son especialmente habituales. Debido a los vacíos regulatorios y la complejidad técnica, muchos estafadores adaptan estructuras piramidales tradicionales utilizando conceptos de blockchain, prometiendo rendimientos desmesurados mediante "recompensas mineras", "promociones on-chain" y estrategias similares.
Estos esquemas no solo perjudican a los inversores particulares, sino que también dañan gravemente la reputación del sector, obstaculizan el desarrollo de proyectos blockchain realmente valiosos y desencadenan fuertes medidas regulatorias sobre toda la industria.
Participar en esquemas triangulares conlleva varios riesgos:
Riesgo financiero: La gran mayoría de los participantes perderán la totalidad o casi toda su inversión.
Riesgo legal: En muchos países, participar en la promoción de esquemas piramidales puede constituir una actividad ilegal.
Riesgo reputacional: Los participantes pueden involucrar sin querer a amigos y familiares en el esquema, dañando sus relaciones personales.
Dificultad de identificación: Los esquemas piramidales modernos son cada vez más sofisticados y a menudo se confunden con modelos empresariales legítimos como el MLM (marketing multinivel).
Vacíos regulatorios: Especialmente cuando operan internacionalmente o emplean nuevas tecnologías, los reguladores tienen dificultades para ofrecer una cobertura completa.
Difusión en redes sociales: Las plataformas sociales permiten que estos esquemas se propaguen más rápido y sean más difíciles de controlar.
Los esquemas triangulares son especialmente peligrosos en el sector de las criptomonedas, donde la complejidad de la tecnología blockchain y la aparente anonimidad facilitan el fraude, mientras la regulación avanza con retraso.
Pese a su simplicidad, los esquemas triangulares siguen funcionando porque explotan el deseo humano de riqueza rápida y la confianza en las redes sociales. La educación es fundamental para prevenirlos, y los inversores deben tener presente: cualquier modelo de negocio que dependa principalmente de captar nuevos miembros en vez de crear valor real es, independientemente de su envoltorio, un esquema piramidal insostenible.


