La agitación del mercado global, los aranceles provocan una revalorización del riesgo
Recientemente, los mercados financieros globales han experimentado una fuerte volatilidad. Las acciones estadounidenses han sufrido un duro golpe, con una caída acumulada del 10% en el índice S&P 500 en dos días, marcando la mayor caída en casi cuatro años. El índice Dow Jones cayó un 7.6% durante la semana, mientras que el índice Nasdaq ha entrado en un mercado bajista técnico, cayendo un 22% desde su pico de diciembre del año pasado. El sector de semiconductores ha sido particularmente afectado, con una caída del 16% en una sola semana, la peor actuación desde 2001. El índice de miedo VIX alcanzó en un momento más de 40, reflejando que el pánico en el mercado ha alcanzado su punto máximo.
Los activos de refugio han mostrado un desempeño divergente. La rentabilidad de los bonos del gobierno a 10 años cayó drásticamente 32 puntos básicos hasta el 3.93%, alcanzando un nuevo mínimo en casi seis meses. El precio del oro subió y luego retrocedió, con una caída del 1.7% semanal. El índice del dólar, por su parte, bajó un 1.1%.
El mercado de materias primas también ha sido gravemente afectado. El petróleo Brent cayó un 10.4% a 61.8 dólares/barril, con un aumento de la producción de la OPEP+ y preocupaciones sobre la demanda resonando. El precio del cobre se desplomó un 13.9%, alcanzando la mayor caída semanal en casi dos años. El precio del mineral de hierro también cayó un 3.1%.
El mercado de criptomonedas muestra una tendencia compleja. Bitcoin experimentó un breve repunte tras la implementación de los aranceles, pero luego retrocedió junto con los activos de riesgo, mostrando así una doble naturaleza de refugio y riesgo. Esto refleja la naturaleza contradictoria de Bitcoin como un activo emergente: está sujeto a las restricciones de liquidez del mercado financiero tradicional, al mismo tiempo que lleva las expectativas de cambio del sistema de moneda fiduciaria.
El factor clave que ha llevado a la turbulencia del mercado es la nueva política arancelaria. Aunque el mercado ya tenía expectativas, los aranceles publicados superaron con creces las previsiones en cuanto a magnitud y alcance. Se ha establecido un arancel base de aproximadamente el 10% para los aliados tradicionales, mientras que se imponen aranceles de hasta el 25-54% a los países asiáticos, y se ha añadido un 20% a la Unión Europea. Esta política tiene más consideraciones políticas que lógicas económicas, con el objetivo de aumentar los ingresos fiscales, fortalecer la posición en las negociaciones internacionales y fomentar el regreso de la industria manufacturera.
Desde una perspectiva más profunda, esto refleja una estrategia para redefinir la distribución de intereses internos y externos a través de la creación de "crisis controladas". Aunque la política parece simple y brutal, también deja espacio para negociaciones futuras. Actualmente, la mayor incertidumbre radica en las contramedidas de China y la Unión Europea. China ha tomado medidas de represalia equivalentes, y se espera que la competencia entre China y Estados Unidos entre en una fase de larga duración.
En términos de datos económicos, aunque los datos totales muestran solidez, están surgiendo problemas estructurales. La tasa de desempleo oficial es del 4.2%, pero la tasa de desempleo U6 más amplia ha aumentado al 7.9%. El crecimiento del empleo ha sido revisado a la baja, y los puestos de trabajo a tiempo parcial han disminuido. El crecimiento del salario medio por hora sigue desacelerándose y la tasa de participación laboral sigue en niveles bajos. Esto indica que la calidad del empleo está disminuyendo, lo que contrasta con los datos superficiales.
La liquidez y el mercado de tasas de interés también reflejan un cambio en las expectativas. Las tasas de interés a plazo de SOFR han disminuido significativamente, lo que indica que el mercado espera que la Reserva Federal pueda reducir las tasas de interés antes de lo previsto. Los rendimientos de los bonos del gobierno a 2 y 10 años han caído drásticamente, lo que refleja que el mercado ha entrado en la etapa de "precio de recesión".
En general, la lógica de precios del mercado ha cambiado de la presión inflacionaria a las expectativas pesimistas de "alta inflación + altos aranceles que llevan a una demanda reprimida y a una recesión anticipada". Las tasas de los bonos del Tesoro de EE. UU. y la volatilidad de los activos de riesgo corroboran este cambio de expectativas, y el mercado está buscando un fondo de política.
En este sentido, se recomienda a los inversores mantener una postura neutral y responder con cautela a las fuertes fluctuaciones del mercado. El bitcoin podría tener potencial a largo plazo como "agente de liquidez del dólar", pero a corto plazo aún es necesario controlar el riesgo de apalancamiento y esperar la confirmación de señales de relajación de políticas y de fondo del mercado. En el futuro cercano, el aumento de las contramedidas arancelarias y la respuesta tardía de los datos económicos seguirán siendo los principales puntos de riesgo, y las fluctuaciones del mercado podrían continuar.
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FOMOmonster
· hace6h
Mercado bajista aún depende de mí para ser el primero
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Blockwatcher9000
· 08-10 19:29
又到comprar la caída良机啦
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SchrodingersFOMO
· 08-10 19:24
La caída del mercado ha sido intensa, comprar la caída y esperar el punto de equilibrio.
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SilentObserver
· 08-10 19:18
El mercado está loco
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MetaverseLandlady
· 08-10 19:12
El mercado está demasiado mal, Arruinado hasta quedar con las piernas débiles.
El震荡 financiero global provoca fluctuación en múltiples mercados debido a las políticas arancelarias.
La agitación del mercado global, los aranceles provocan una revalorización del riesgo
Recientemente, los mercados financieros globales han experimentado una fuerte volatilidad. Las acciones estadounidenses han sufrido un duro golpe, con una caída acumulada del 10% en el índice S&P 500 en dos días, marcando la mayor caída en casi cuatro años. El índice Dow Jones cayó un 7.6% durante la semana, mientras que el índice Nasdaq ha entrado en un mercado bajista técnico, cayendo un 22% desde su pico de diciembre del año pasado. El sector de semiconductores ha sido particularmente afectado, con una caída del 16% en una sola semana, la peor actuación desde 2001. El índice de miedo VIX alcanzó en un momento más de 40, reflejando que el pánico en el mercado ha alcanzado su punto máximo.
Los activos de refugio han mostrado un desempeño divergente. La rentabilidad de los bonos del gobierno a 10 años cayó drásticamente 32 puntos básicos hasta el 3.93%, alcanzando un nuevo mínimo en casi seis meses. El precio del oro subió y luego retrocedió, con una caída del 1.7% semanal. El índice del dólar, por su parte, bajó un 1.1%.
El mercado de materias primas también ha sido gravemente afectado. El petróleo Brent cayó un 10.4% a 61.8 dólares/barril, con un aumento de la producción de la OPEP+ y preocupaciones sobre la demanda resonando. El precio del cobre se desplomó un 13.9%, alcanzando la mayor caída semanal en casi dos años. El precio del mineral de hierro también cayó un 3.1%.
El mercado de criptomonedas muestra una tendencia compleja. Bitcoin experimentó un breve repunte tras la implementación de los aranceles, pero luego retrocedió junto con los activos de riesgo, mostrando así una doble naturaleza de refugio y riesgo. Esto refleja la naturaleza contradictoria de Bitcoin como un activo emergente: está sujeto a las restricciones de liquidez del mercado financiero tradicional, al mismo tiempo que lleva las expectativas de cambio del sistema de moneda fiduciaria.
El factor clave que ha llevado a la turbulencia del mercado es la nueva política arancelaria. Aunque el mercado ya tenía expectativas, los aranceles publicados superaron con creces las previsiones en cuanto a magnitud y alcance. Se ha establecido un arancel base de aproximadamente el 10% para los aliados tradicionales, mientras que se imponen aranceles de hasta el 25-54% a los países asiáticos, y se ha añadido un 20% a la Unión Europea. Esta política tiene más consideraciones políticas que lógicas económicas, con el objetivo de aumentar los ingresos fiscales, fortalecer la posición en las negociaciones internacionales y fomentar el regreso de la industria manufacturera.
Desde una perspectiva más profunda, esto refleja una estrategia para redefinir la distribución de intereses internos y externos a través de la creación de "crisis controladas". Aunque la política parece simple y brutal, también deja espacio para negociaciones futuras. Actualmente, la mayor incertidumbre radica en las contramedidas de China y la Unión Europea. China ha tomado medidas de represalia equivalentes, y se espera que la competencia entre China y Estados Unidos entre en una fase de larga duración.
En términos de datos económicos, aunque los datos totales muestran solidez, están surgiendo problemas estructurales. La tasa de desempleo oficial es del 4.2%, pero la tasa de desempleo U6 más amplia ha aumentado al 7.9%. El crecimiento del empleo ha sido revisado a la baja, y los puestos de trabajo a tiempo parcial han disminuido. El crecimiento del salario medio por hora sigue desacelerándose y la tasa de participación laboral sigue en niveles bajos. Esto indica que la calidad del empleo está disminuyendo, lo que contrasta con los datos superficiales.
La liquidez y el mercado de tasas de interés también reflejan un cambio en las expectativas. Las tasas de interés a plazo de SOFR han disminuido significativamente, lo que indica que el mercado espera que la Reserva Federal pueda reducir las tasas de interés antes de lo previsto. Los rendimientos de los bonos del gobierno a 2 y 10 años han caído drásticamente, lo que refleja que el mercado ha entrado en la etapa de "precio de recesión".
En general, la lógica de precios del mercado ha cambiado de la presión inflacionaria a las expectativas pesimistas de "alta inflación + altos aranceles que llevan a una demanda reprimida y a una recesión anticipada". Las tasas de los bonos del Tesoro de EE. UU. y la volatilidad de los activos de riesgo corroboran este cambio de expectativas, y el mercado está buscando un fondo de política.
En este sentido, se recomienda a los inversores mantener una postura neutral y responder con cautela a las fuertes fluctuaciones del mercado. El bitcoin podría tener potencial a largo plazo como "agente de liquidez del dólar", pero a corto plazo aún es necesario controlar el riesgo de apalancamiento y esperar la confirmación de señales de relajación de políticas y de fondo del mercado. En el futuro cercano, el aumento de las contramedidas arancelarias y la respuesta tardía de los datos económicos seguirán siendo los principales puntos de riesgo, y las fluctuaciones del mercado podrían continuar.