LA PSICOLOGÍA DETRÁS DE LOS PATRONES DE VELAS: el irracional baile del dinero en masa

¡Joder! Todo lo que nos han contado sobre las putas velas hace que el trading parezca cosa de genios o matemáticos locos. Pero mira, no te dejes intimidar por toda esta jerga técnica. Vamos a desmitificar esta mierda.

Si miramos más allá de lo obvio, estas velas son mucho más que simples gráficos bonitos. Son el puto reflejo de nuestras emociones colectivas: el miedo, la codicia, la euforia... ¡toda la irracionalidad humana plasmada en dibujitos de colores!

ENTENDIENDO LAS VELAS:

Vale, ya sabemos que las velas son importantes en el análisis técnico. Y sí, aprender todos sus nombres es un coñazo monumental. Pero te traigo mi método personal para entender esta mierda sin volverte loco, analizando lo que realmente hay detrás: la psicología de los traders.

Un patrón no es más que una configuración que se repite una y otra vez. Como un borracho tropezando con la misma piedra cada sábado. Estos patrones pueden ser alcistas o bajistas y supuestamente nos dicen hacia dónde irá el mercado.

¿QUÉ MIRAR EN UNA TENDENCIA ALCISTA?

• Velas alcistas sin sombras arriba: Estos cabroncetes indican que los compradores tienen el control total. ¡Como un dictador sin oposición!

• Velas de impulso: Esas velas enormes que parecen torres. Pueden ser una sola o varias seguidas, como esos "Tres Soldados Blancos" que tanto les gusta a los analistas técnicos con corbata.

• Velas de continuación: Aparecen dentro de la tendencia y te dicen "esto seguirá subiendo, colega". Como esas "Banderas alcistas" que no son más que pausitas antes del siguiente subidón.

• Ausencia de velas bajistas grandes: Cuando la cosa sube de verdad, apenas ves velas rojas. Los vendedores están escondidos debajo de la cama, cagados de miedo.

LA VERDADERA PSICOLOGÍA DEL TRADER

Lo que pasó hace poco con esa noticia falsa del ETF de Bitcoin fue de traca. ¡Menudo circo! Puro FOMO y rapiña por parte de los listos que ya estaban dentro y aprovecharon para vender a los pobres ilusos.

Detrás de cada patrón hay emociones puras y duras:

1. Confianza y optimismo: Cuando las velas suben como cohetes, todos se creen Warren Buffett. "¡Esta vez es diferente!", gritan mientras hipotecan sus casas.

2. FOMO: El puto miedo a quedarse fuera. Ves a tu vecino presumiendo de sus ganancias y te metes sin pensarlo. Después, cuando todo se desploma, ese mismo vecino ni te saluda.

3. Euforia y sobrecompra: Esto es como una discoteca a las 3 de la mañana. Todo el mundo feliz, bebiendo champán caro, y nadie quiere pensar en la resaca del día siguiente.

4. Toma de ganancias: Aquí los listos empiezan a vender mientras los tontos siguen comprando. Esto provoca esas correcciones que te dejan con cara de gilipollas.

EN TENDENCIA BAJISTA, ¿QUÉ MIERDA DEBERÍA VER?

• Velas bajistas sin sombras abajo: Esto es control puro de vendedores. Como cuando tu ex te bloquea en todas las redes sociales. No hay vuelta atrás.

• Velas de impulso bajista: Enormes velas rojas que dicen "huye, insensato". Son el equivalente a ver ratas abandonando un barco que se hunde.

• Velas de continuación bajista: Te dicen "esto seguirá cayendo, no compres aún, idiota". Las banderas y banderines bajistas son pausas para que más gente entre en pánico.

• Ausencia de velas alcistas significativas: En una caída de verdad, cualquier intento de subida es aplastado sin piedad. Como intentar nadar contra una cascada.

LA PSICOLOGÍA DEL PÁNICO

Lo que pasa cuando el mercado se desploma es fascinante:

1. Preocupación y pesimismo: Primero vienen las dudas, luego el terror. La gente empieza a vender por miedo, lo que provoca más miedo. Un círculo vicioso de cagones.

2. FOMO inverso: El miedo a no vender a tiempo. "¡Venderé ahora y compraré más abajo!", piensan todos... y acaban comprando más caro.

3. Desesperación y pánico: Cuando ves caídas de 20% en un día, la gente vende sin pensar. Las liquidaciones masivas son como una estampida en un estadio. Nadie piensa, solo corre.

4. Toma de ganancias de los bajistas: Los cabrones que apostaron a la baja ahora recogen sus beneficios, lo que causa pequeños rebotes que confunden aún más.

Sin la irracionalidad del trader pequeño, los mercados serían aburridos como una misa. Somos nosotros, los impulsivos, los que damos liquidez para que los grandes se forren a nuestra costa.

Ahora cuando veas esos patrones de velas, sabrás que solo estás viendo miedo y codicia dibujados en una pantalla. Y probablemente, seas parte del dibujo.

¡Son tiempos de aprender esta mierda o morir en el intento!