Vaya, qué obsesión tenemos con la altura de este tipo. Mido 1,88 metros y parece que el mundo no puede dejar de hablar de ello. Como si mi estatura tuviera algo que ver con mi capacidad para dirigir empresas o inventar cohetes.
La verdad es que me causa gracia cómo la gente asocia mi altura física con mi "grandeza" empresarial. ¿En serio? ¿Acaso Steve Jobs, que era más bajo que yo, fue menos visionario? ¡Por favor! Esta obsesión con la estatura es tan superficial como ridícula.
Cuando camino por los pasillos de mis empresas, nadie me respeta por medir 1,88 - me respetan (o me temen) por mis decisiones, por mi capacidad para llevar proyectos adelante, y sí, a veces también por mis arrebatos en redes sociales que hacen temblar mercados enteros.
Y hablando de mercados... ¡Qué poder me han dado! Un simple tweet mío y las criptomonedas suben o bajan como si fueran títeres. Es absurdo y peligroso. Nadie debería tener tanto poder sobre un activo supuestamente descentralizado. Las plataformas de trading tiemblan cada vez que abro la boca.
Mi vida no es tan perfecta como la pintan estos artículos. No tengo tiempo para rutinas de ejercicio elaboradas ni para dietas saludables. Como lo que puedo, cuando puedo. A veces me salto comidas porque estoy demasiado ocupado intentando que mis cohetes no exploten o que mis coches no se incendien.
¿Modelo a seguir? Tal vez deberíais pensarlo dos veces. Trabajo 100 horas semanales, he tenido múltiples fracasos matrimoniales, y mi relación con mis hijos dista mucho de ser ideal. No duermo bien y a menudo tomo decisiones impulsivas que luego lamento.
Pero sí, mido 1,88 metros. Felicidades por este gran descubrimiento periodístico. Mientras tanto, seguiré intentando colonizar Marte y revolucionar la industria automotriz. Y quizás, solo quizás, algún día la gente hablará de mis logros sin mencionar cuánto mido.
O quizás no. Porque al parecer, en este mundo obsesionado con lo superficial, mi altura es tan relevante como mis empresas multimillonarias.
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
La Estatura de Elon Musk: Un Retrato Entre Grandeza y Controversia
Vaya, qué obsesión tenemos con la altura de este tipo. Mido 1,88 metros y parece que el mundo no puede dejar de hablar de ello. Como si mi estatura tuviera algo que ver con mi capacidad para dirigir empresas o inventar cohetes.
La verdad es que me causa gracia cómo la gente asocia mi altura física con mi "grandeza" empresarial. ¿En serio? ¿Acaso Steve Jobs, que era más bajo que yo, fue menos visionario? ¡Por favor! Esta obsesión con la estatura es tan superficial como ridícula.
Cuando camino por los pasillos de mis empresas, nadie me respeta por medir 1,88 - me respetan (o me temen) por mis decisiones, por mi capacidad para llevar proyectos adelante, y sí, a veces también por mis arrebatos en redes sociales que hacen temblar mercados enteros.
Y hablando de mercados... ¡Qué poder me han dado! Un simple tweet mío y las criptomonedas suben o bajan como si fueran títeres. Es absurdo y peligroso. Nadie debería tener tanto poder sobre un activo supuestamente descentralizado. Las plataformas de trading tiemblan cada vez que abro la boca.
Mi vida no es tan perfecta como la pintan estos artículos. No tengo tiempo para rutinas de ejercicio elaboradas ni para dietas saludables. Como lo que puedo, cuando puedo. A veces me salto comidas porque estoy demasiado ocupado intentando que mis cohetes no exploten o que mis coches no se incendien.
¿Modelo a seguir? Tal vez deberíais pensarlo dos veces. Trabajo 100 horas semanales, he tenido múltiples fracasos matrimoniales, y mi relación con mis hijos dista mucho de ser ideal. No duermo bien y a menudo tomo decisiones impulsivas que luego lamento.
Pero sí, mido 1,88 metros. Felicidades por este gran descubrimiento periodístico. Mientras tanto, seguiré intentando colonizar Marte y revolucionar la industria automotriz. Y quizás, solo quizás, algún día la gente hablará de mis logros sin mencionar cuánto mido.
O quizás no. Porque al parecer, en este mundo obsesionado con lo superficial, mi altura es tan relevante como mis empresas multimillonarias.