¿Sabías que diez días se esfumaron de la existencia? Sí, así como suena. En octubre de 1582 pasó algo rarísimo. La gente se fue a dormir un 4 de octubre y despertó al día siguiente... ¡pero era 15! No es broma.
Todo empezó con el Papa Gregorio XIII. Él decidió cambiar el viejo calendario juliano. Hacía falta. El nuevo calendario, que llamamos gregoriano, es el que usamos todavía. Parece que el antiguo tenía problemas con las estaciones astronómicas reales. Se habían desajustado bastante con el paso del tiempo.
La cosa es que necesitaban arreglar este desbarajuste. El equinoccio de primavera andaba perdido. Esto no era un detalle menor, afectaba el cálculo de la Pascua. La solución no fue nada sutil: borrar diez días enteros del calendario. Así, sin más.
En España, Italia y Portugal la gente experimentó este salto temporal. Imagina su confusión. Un día era 4 de octubre y al siguiente 15. Debió ser algo desconcertante despertar y enterarse que habían "perdido" diez días de su vida.
El cambio trajo nuevas reglas para los años bisiestos. Un sistema más exacto, hay que reconocerlo. Es medio sorprendente cómo algo tan básico como contar los días puede sufrir modificaciones tan drásticas. Pero así fue. La ciencia a veces exige estos ajustes radicales.
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MIRA HACIA ATRÁS: EL CURIOSO SALTO EN EL CALENDARIO DE OCTUBRE DE 1582
¿Sabías que diez días se esfumaron de la existencia? Sí, así como suena. En octubre de 1582 pasó algo rarísimo. La gente se fue a dormir un 4 de octubre y despertó al día siguiente... ¡pero era 15! No es broma.
Todo empezó con el Papa Gregorio XIII. Él decidió cambiar el viejo calendario juliano. Hacía falta. El nuevo calendario, que llamamos gregoriano, es el que usamos todavía. Parece que el antiguo tenía problemas con las estaciones astronómicas reales. Se habían desajustado bastante con el paso del tiempo.
La cosa es que necesitaban arreglar este desbarajuste. El equinoccio de primavera andaba perdido. Esto no era un detalle menor, afectaba el cálculo de la Pascua. La solución no fue nada sutil: borrar diez días enteros del calendario. Así, sin más.
En España, Italia y Portugal la gente experimentó este salto temporal. Imagina su confusión. Un día era 4 de octubre y al siguiente 15. Debió ser algo desconcertante despertar y enterarse que habían "perdido" diez días de su vida.
El cambio trajo nuevas reglas para los años bisiestos. Un sistema más exacto, hay que reconocerlo. Es medio sorprendente cómo algo tan básico como contar los días puede sufrir modificaciones tan drásticas. Pero así fue. La ciencia a veces exige estos ajustes radicales.