El 1 de septiembre, el proyecto de criptomonedas WLFI, asociado con la familia Trump, hizo su debut en varios intercambios. Sin embargo, la emoción inicial dio rápidamente paso a la preocupación, ya que el valor del token comenzó a disminuir de manera constante después del listado.
La comunidad de WLFI, conocida por sus apasionados seguidores, respondió con una intensa desaprobación. A pesar de los intentos del equipo de proporcionar explicaciones, la trayectoria descendente del token se aceleró, validando las preocupaciones de la comunidad.
En el centro del problema había una discrepancia en la circulación de tokens. El equipo de WLFI había aparentemente exagerado la oferta circulante, implementando un desbloqueo del 20% de los 25 mil millones de tokens inicialmente asignados a los primeros patrocinadores. Habían establecido un objetivo de circulación de 5 mil millones de tokens. Si bien es práctica estándar para los intercambios retener una parte de los tokens para fines de liquidez, la escala de circulación decidida por el equipo condujo a una caída sustancial en el precio.
Sumándose a la agitación, muchos inversores encontraron dificultades técnicas al intentar retirar sus tokens bloqueados de la plataforma oficial, dejándolos incapaces de ejecutar transacciones. Esta situación resultó en una ola de sentimiento negativo en las plataformas de redes sociales.
En respuesta a la creciente crítica, el equipo de WLFI finalmente intervino para ayudar a los usuarios afectados, aunque ya había ocurrido una disminución significativa en el precio. En un giro inesperado de los acontecimientos, señalaron con el dedo a Justin Sun, el fundador de la red Tron, alegando que sus acciones habían violado sus regulaciones de ventas. En consecuencia, anunciaron una lista negra general de todos los tokens asociados.
Justin Sun abordó estas acusaciones con respuestas medidas y, en un movimiento sorprendente, declaró su intención de invertir $10 millones en tokens WLFI.
Este incidente sirve como un recordatorio contundente de la importancia de la transparencia y la gestión responsable en el espacio de las criptomonedas. Subraya la necesidad de que los líderes de proyectos, los CEO y sus equipos prioricen las prácticas éticas y eviten acciones que puedan ser percibidas como manipulativas o fraudulentas.
Es crucial señalar que esta información se presenta únicamente con fines educativos y no debe interpretarse como asesoramiento financiero. Como siempre, una investigación exhaustiva y una cuidadosa consideración son esenciales al navegar por el complejo mundo de las inversiones en criptomonedas.
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El 1 de septiembre, el proyecto de criptomonedas WLFI, asociado con la familia Trump, hizo su debut en varios intercambios. Sin embargo, la emoción inicial dio rápidamente paso a la preocupación, ya que el valor del token comenzó a disminuir de manera constante después del listado.
La comunidad de WLFI, conocida por sus apasionados seguidores, respondió con una intensa desaprobación. A pesar de los intentos del equipo de proporcionar explicaciones, la trayectoria descendente del token se aceleró, validando las preocupaciones de la comunidad.
En el centro del problema había una discrepancia en la circulación de tokens. El equipo de WLFI había aparentemente exagerado la oferta circulante, implementando un desbloqueo del 20% de los 25 mil millones de tokens inicialmente asignados a los primeros patrocinadores. Habían establecido un objetivo de circulación de 5 mil millones de tokens. Si bien es práctica estándar para los intercambios retener una parte de los tokens para fines de liquidez, la escala de circulación decidida por el equipo condujo a una caída sustancial en el precio.
Sumándose a la agitación, muchos inversores encontraron dificultades técnicas al intentar retirar sus tokens bloqueados de la plataforma oficial, dejándolos incapaces de ejecutar transacciones. Esta situación resultó en una ola de sentimiento negativo en las plataformas de redes sociales.
En respuesta a la creciente crítica, el equipo de WLFI finalmente intervino para ayudar a los usuarios afectados, aunque ya había ocurrido una disminución significativa en el precio. En un giro inesperado de los acontecimientos, señalaron con el dedo a Justin Sun, el fundador de la red Tron, alegando que sus acciones habían violado sus regulaciones de ventas. En consecuencia, anunciaron una lista negra general de todos los tokens asociados.
Justin Sun abordó estas acusaciones con respuestas medidas y, en un movimiento sorprendente, declaró su intención de invertir $10 millones en tokens WLFI.
Este incidente sirve como un recordatorio contundente de la importancia de la transparencia y la gestión responsable en el espacio de las criptomonedas. Subraya la necesidad de que los líderes de proyectos, los CEO y sus equipos prioricen las prácticas éticas y eviten acciones que puedan ser percibidas como manipulativas o fraudulentas.
Es crucial señalar que esta información se presenta únicamente con fines educativos y no debe interpretarse como asesoramiento financiero. Como siempre, una investigación exhaustiva y una cuidadosa consideración son esenciales al navegar por el complejo mundo de las inversiones en criptomonedas.