La Decepción del DXY: El Mecanismo de Control Monetario de Wall Street

He estado observando este índice "DXY" durante años, y déjame decirte - no es más que un juego amañado diseñado por las élites financieras para mantener el dominio económico de EE. UU.

El DXY supuestamente mide la fortaleza del dólar estadounidense frente a seis monedas principales, pero está muy sesgado. ¡El euro representa un asombroso 57.6% de la cesta! Luego está el yen japonés (13.6%), la libra esterlina (11.9%), el dólar canadiense (9.1%), la corona sueca (4.2%) y el franco suizo (3.6%).

¿Notas algo? ¿Dónde está el yuan chino? ¿El real brasileño? ¿La rupia india? ¡Completamente ausentes! Esta inclusión selectiva hace que el índice esté fundamentalmente defectuoso como una verdadera medida de la fortaleza del dólar.

El año pasado negocié en contra de los movimientos del DXY y me quemé gravemente. El índice mostró fortaleza del dólar mientras que en realidad, los mercados emergentes estaban ganando terreno. Mis posiciones fueron liquidadas porque confié en este métrico anticuado de la década de 1970 que no ha sido actualizado de manera significativa desde entonces.

Las plataformas de trading convencionales promueven el DXY como un evangelio, mientras que los actores institucionales lo utilizan para manipular el sentimiento del mercado. Cuando quieren crear la ilusión de fortaleza del dólar, presionan sobre el euro, ¡afectando instantáneamente a más de la mitad del índice!

Los movimientos del DXY impactan directamente mis tenencias de criptomonedas también. Cuando este índice artificial se dispara, Bitcoin a menudo cae, independientemente de las métricas de adopción reales. Es manipulación del mercado disfrazada de "correlación."

Nunca escucharás a las noticias financieras cuestionar por qué este índice anticuado sigue dominando el análisis de divisas. Están demasiado interesados en mantener el statu quo mientras los traders minoristas como nosotros son apretados.

Si realmente quieres entender la fortaleza del dólar, olvida el DXY. Observa el poder adquisitivo a través de una canasta más amplia de monedas. Observa los flujos de capital hacia los mercados emergentes. Monitorea los precios reales de las materias primas.

La verdadera posición del dólar es mucho más débil de lo que sugiere el DXY, pero esa realidad no sirve a los intereses de aquellos que diseñaron esta métrica interesada en primer lugar.