La saga de FTX se vuelve aún más complicada. El equipo legal de Sam Bankman-Fried ahora está jugando la carta de la libertad de expresión, argumentando que las restricciones de silencio mediático violan sus derechos constitucionales. Qué conveniente, justo después de que los fiscales lo acusaran de filtrar entradas del diario personal de Caroline Ellison, CEO de Alameda, al New York Times.
Aquí el desglose:
Qué ocurrió: Los fiscales dicen que SBF utilizó el diario de Ellison como arma al filtrar detalles íntimos para intimidar a un testigo clave. ¿El objetivo? Mantenerla fuera del tribunal.
Respuesta de SBF: “Nosotros no, y de todos modos no pueden silenciarnos.” Sus abogados afirman que la orden de silencio mediático es inconstitucional.
Las implicaciones: Los fiscales de EE. UU. ahora están presionando para revocar su libertad bajo fianza. Si tienen éxito, SBF volverá a la cárcel mientras se realiza el juicio.
La verdadera pregunta: ¿Es esta intimidación a testigos disfrazada de filtración mediática, o simplemente una estrategia legal agresiva? De cualquier forma, el patrón es claro: cuando el caso se desmorona, el equipo de SBF pelea sucio.
¿La ironía? El mismo que afirmó que la transparencia era el valor central de FTX ahora está acusado de orquestar campañas de difamación contra su propio coacusado.
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¿La última jugada de SBF? Filtrar el diario de Ellison y luego reclamar derechos a la libertad de expresión?
La saga de FTX se vuelve aún más complicada. El equipo legal de Sam Bankman-Fried ahora está jugando la carta de la libertad de expresión, argumentando que las restricciones de silencio mediático violan sus derechos constitucionales. Qué conveniente, justo después de que los fiscales lo acusaran de filtrar entradas del diario personal de Caroline Ellison, CEO de Alameda, al New York Times.
Aquí el desglose:
Qué ocurrió: Los fiscales dicen que SBF utilizó el diario de Ellison como arma al filtrar detalles íntimos para intimidar a un testigo clave. ¿El objetivo? Mantenerla fuera del tribunal.
Respuesta de SBF: “Nosotros no, y de todos modos no pueden silenciarnos.” Sus abogados afirman que la orden de silencio mediático es inconstitucional.
Las implicaciones: Los fiscales de EE. UU. ahora están presionando para revocar su libertad bajo fianza. Si tienen éxito, SBF volverá a la cárcel mientras se realiza el juicio.
La verdadera pregunta: ¿Es esta intimidación a testigos disfrazada de filtración mediática, o simplemente una estrategia legal agresiva? De cualquier forma, el patrón es claro: cuando el caso se desmorona, el equipo de SBF pelea sucio.
¿La ironía? El mismo que afirmó que la transparencia era el valor central de FTX ahora está acusado de orquestar campañas de difamación contra su propio coacusado.