Trump acaba de hacer una afirmación impactante: cada estadounidense (excepto la élite adinerada) podría recibir al menos 2,000 dólares gracias a su estrategia arancelaria. ¿Su argumento? Se supone que los aranceles están haciendo que el país sea más rico, y ahora es momento de compartir la riqueza. Ya sea que este "dividendo nacional" se materialice o quede en la retórica de campaña, es un movimiento audaz que podría alterar la opinión pública—y potencialmente repercutir en los activos de riesgo. Los altos ingresos no verán un centavo, pero para todos los demás, se presenta como una recompensa directa de la política comercial proteccionista. Los mercados estarán atentos si esta promesa obtiene tracción legislativa o se desvanece como teatro político.