El líder de Strategy, Michael Saylor, comentó recientemente sobre un fenómeno interesante: la entrada de Wall Street no solo no ha causado problemas, sino que ha hecho que Bitcoin se vuelva más "manso".

Los datos están ahí: ahora la volatilidad anualizada de BTC está en alrededor del 50%, comparada con el 80% de cuando comenzaron a acumular monedas en 2020, lo que representa una reducción de más de un tercio. Este tipo piensa que esta tendencia continuará, y dentro de unos años podría estabilizarse en un nivel 1.5 veces mayor que la amplitud de volatilidad del S&P 500—suena mucho más cómodo que la experiencia de montaña rusa actual.

Los fondos institucionales continúan fluyendo, la liquidez se está volviendo más gruesa y la profundidad del mercado está aumentando. La antigua forma de fluctuaciones violentas, que subía y bajaba sin previo aviso, está siendo lentamente domesticada para convertirse en un activo "que puede estar en la mesa". Por supuesto, esto puede significar que las oportunidades de enriquecerse rápidamente están disminuyendo para los viejos jugadores que buscan diez o cien veces la emoción; pero para los fondos que desean una asignación estable, esta es la verdadera señal que se puede mantener a largo plazo.