La financiación tradicional y la innovación tecnológica están impactando a Ethereum al mismo tiempo, y esta jugada resulta bastante interesante.
Primero, hablemos del primer asunto: BlackRock ha presentado la solicitud para un ETF de staking de Ethereum. Lo importante aquí no es simplemente un nuevo producto de inversión, sino que, por fin, Wall Street empieza a tomarse en serio a Ethereum. Todos hemos visto cómo funcionó el ETF de Bitcoin tras su aprobación. Ahora le toca a ETH: los inversores minoristas podrán invertir a través de brokers tradicionales y además obtener rendimientos por staking. La barrera de entrada para el capital acaba de ser eliminada.
El segundo asunto es aún más tangible: la actualización Fusaka de diciembre. Esta vez no es un pequeño parche; las comisiones de Layer2 bajarán y la velocidad de las transacciones subirá. Ethereum siempre ha sido criticado por ser “caro y lento”; esta actualización es una respuesta directa. Para que el ecosistema despegue, la infraestructura debe estar a la altura, y esa lógica es indiscutible.
Lo interesante es que ambos acontecimientos coinciden. Uno resuelve “de dónde viene el dinero”, el otro “cómo es la experiencia”. Que la liquidez y los fundamentales mejoren a la vez no es algo habitual en el mercado cripto.
¿Reacción del mercado? Los datos on-chain muestran que las direcciones de ballenas siguen acumulando por debajo de los 3.000 dólares. El dinero inteligente siempre se mueve antes que los minoristas, es la vieja regla.
Pero conviene ser cautos: la frase “comprar el rumor, vender la noticia” nunca ha dejado de cumplirse en el mundo cripto. En mayo de este año, ETH cayó desde su máximo hasta los 1.300 dólares y luego subió hasta los 4.900 dólares impulsado por las expectativas de actualización. Ahora el precio ha vuelto a la zona de 2.600 dólares y el mercado vuelve a contar historias, con objetivos en el rango de 8.500 a 10.000 dólares.
¿Llegará a ese nivel? Quién sabe. El año pasado Solana estuvo de moda, este octubre la Binance Smart Chain ha vuelto a coger fuerza; las rotaciones son lo habitual. Pero esta vez Ethereum realmente tiene el viento a favor: la combinación de ETF y actualización es un guion muy bien construido.
Por cierto, las memecoins basadas en el ecosistema de Ethereum probablemente también se beneficien. Pero quienes juegan con memes ya lo saben: suben rápido y caen aún más rápido, así que mejor medir los riesgos.
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InscriptionGriller
· 11-25 01:38
Esta vez no es un cuento, Wall Street realmente ha sido despertada por ETH, las ballenas ya estaban posicionadas por debajo de 2800, mientras que los minoristas siguen dudando si se llegará a 8500.
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token_therapist
· 11-24 19:35
La jugada de BlackRock es realmente dura, directamente ha aplastado el umbral de entrada para los inversores minoristas.
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PensionDestroyer
· 11-23 02:51
Otra vez el mismo viejo truco: comprar con la expectativa, vender con la noticia. Ya nos lo sabemos de memoria.
Llega BlackRock, llega la actualización, la historia está bien montada, pero ¿y el verdadero impulso alcista? Los minoristas siempre son los últimos en entrar.
Las ballenas acumulan por debajo de 3000, tenemos que seguirles, la lógica es impecable pero duele.
¿Objetivo 8500 a 10000? Mejor tomarlo como un rumor. Los MEME coins ganarán una ronda esta vez, pero que no haya arrepentimientos.
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LiquidationOracle
· 11-23 02:51
BlackRock está jugando bien esta mano, pero no olvides la vieja trampa del mundo Cripto: contar una buena historia no significa que se pueda cumplir.
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SerNgmi
· 11-23 02:51
BlackRock ha jugado muy bien esta carta, pero como siempre digo, las expectativas se disparan y cuando se hace realidad, el precio se desploma a la mitad. Ya lo he visto demasiadas veces, jaja.
La financiación tradicional y la innovación tecnológica están impactando a Ethereum al mismo tiempo, y esta jugada resulta bastante interesante.
Primero, hablemos del primer asunto: BlackRock ha presentado la solicitud para un ETF de staking de Ethereum. Lo importante aquí no es simplemente un nuevo producto de inversión, sino que, por fin, Wall Street empieza a tomarse en serio a Ethereum. Todos hemos visto cómo funcionó el ETF de Bitcoin tras su aprobación. Ahora le toca a ETH: los inversores minoristas podrán invertir a través de brokers tradicionales y además obtener rendimientos por staking. La barrera de entrada para el capital acaba de ser eliminada.
El segundo asunto es aún más tangible: la actualización Fusaka de diciembre. Esta vez no es un pequeño parche; las comisiones de Layer2 bajarán y la velocidad de las transacciones subirá. Ethereum siempre ha sido criticado por ser “caro y lento”; esta actualización es una respuesta directa. Para que el ecosistema despegue, la infraestructura debe estar a la altura, y esa lógica es indiscutible.
Lo interesante es que ambos acontecimientos coinciden. Uno resuelve “de dónde viene el dinero”, el otro “cómo es la experiencia”. Que la liquidez y los fundamentales mejoren a la vez no es algo habitual en el mercado cripto.
¿Reacción del mercado? Los datos on-chain muestran que las direcciones de ballenas siguen acumulando por debajo de los 3.000 dólares. El dinero inteligente siempre se mueve antes que los minoristas, es la vieja regla.
Pero conviene ser cautos: la frase “comprar el rumor, vender la noticia” nunca ha dejado de cumplirse en el mundo cripto. En mayo de este año, ETH cayó desde su máximo hasta los 1.300 dólares y luego subió hasta los 4.900 dólares impulsado por las expectativas de actualización. Ahora el precio ha vuelto a la zona de 2.600 dólares y el mercado vuelve a contar historias, con objetivos en el rango de 8.500 a 10.000 dólares.
¿Llegará a ese nivel? Quién sabe. El año pasado Solana estuvo de moda, este octubre la Binance Smart Chain ha vuelto a coger fuerza; las rotaciones son lo habitual. Pero esta vez Ethereum realmente tiene el viento a favor: la combinación de ETF y actualización es un guion muy bien construido.
Por cierto, las memecoins basadas en el ecosistema de Ethereum probablemente también se beneficien. Pero quienes juegan con memes ya lo saben: suben rápido y caen aún más rápido, así que mejor medir los riesgos.