Hemos estado complicando todo este tema cripto durante demasiado tiempo.

Piénsalo: años de interfaces torpes, confirmaciones interminables de monederos y esa constante ansiedad de “espera, ¿en qué red estoy?”. Creamos barreras cuando deberíamos haber estado construyendo puentes.

Y entonces aparece algo como Elsa AI y lo cambia todo por completo. Solo tienes que decir lo que quieres. Eso es todo. Tus palabras se convierten en acciones on-chain antes de que termines el café.

Sin pelearte con paneles de control que parecen cabinas de vuelo.
Sin bailes de verificación de diez pasos.
Sin cambiar de pestaña con pánico entre ventanas de exploradores.

Solo conversación. El lenguaje natural haciendo el trabajo pesado que antes requería una lista de tutoriales y tres extensiones de navegador.

Te hace preguntarte qué más hemos estado haciendo de la manera difícil solo porque “siempre se ha hecho así”.