Esta mañana recibí una llamada de papá, su tono era muy urgente—me pidió que enviara de inmediato decenas de miles para invertir en un proyecto de cría de ranas de bosque en el noreste.
Me sentí un nudo en el corazón. Esta fórmula familiar.
Papá, cuando era joven, hacía negocios y tenía un ojo agudo, nunca fue una persona fácil de engañar. Pero esta vez hablaba con tanto entusiasmo: "¡El aceite de rana ahora cuesta más de dos mil por libra! ¡En un acre de estanque se puede ganar fácilmente entre doscientos y trescientos mil!" Esa emoción era igual a cuando en 2017 escuché a alguien decir que cierta moneda iba a multiplicarse por cien.
No me apresuré a refutar, hice tres preguntas: - ¿Hay muchas personas que crían ranas de bosque ahora? - ¿Solo unas pocas empresas están vendiendo renacuajos? - ¿Cuál era la situación del mercado de ranas de árbol hace unos años?
La respuesta es clara: los criadores ya se han ido, en los últimos años los precios colapsaron y todos perdieron su inversión. Ahora solo quedan algunos comerciantes de alevines buscando a alguien que asuma el riesgo, sosteniendo lo que llaman "variedades exclusivas de alta calidad" y tratando de engañar por todas partes.
Este guion lo entiendo muy bien: el operador del mercado primero eleva el precio y crea ilusiones, y luego lanza toda la mercancía a los inversores minoristas. La rana de Lin tiene un ciclo de crecimiento de tres a cinco años, y cuando tu rana ya se puede vender, el mercado ya se ha enfriado. ¿A quién vas a buscar en ese momento? El que vende las crías ya estará contando el dinero para comprar un yate.
Después de hablar toda la mañana, finalmente logré convencerlo.
Me sentí bastante mal después de colgar el teléfono. El viejo también fue un personaje que ha visto grandes tormentas en el comercio, ¿cómo es que ahora puede ser atrapado incluso en este simple esquema de capital? Tal vez al envejecer, el deseo de hacerse rico se vuelve incluso más fuerte.
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Esta mañana recibí una llamada de papá, su tono era muy urgente—me pidió que enviara de inmediato decenas de miles para invertir en un proyecto de cría de ranas de bosque en el noreste.
Me sentí un nudo en el corazón. Esta fórmula familiar.
Papá, cuando era joven, hacía negocios y tenía un ojo agudo, nunca fue una persona fácil de engañar. Pero esta vez hablaba con tanto entusiasmo: "¡El aceite de rana ahora cuesta más de dos mil por libra! ¡En un acre de estanque se puede ganar fácilmente entre doscientos y trescientos mil!" Esa emoción era igual a cuando en 2017 escuché a alguien decir que cierta moneda iba a multiplicarse por cien.
No me apresuré a refutar, hice tres preguntas:
- ¿Hay muchas personas que crían ranas de bosque ahora?
- ¿Solo unas pocas empresas están vendiendo renacuajos?
- ¿Cuál era la situación del mercado de ranas de árbol hace unos años?
La respuesta es clara: los criadores ya se han ido, en los últimos años los precios colapsaron y todos perdieron su inversión. Ahora solo quedan algunos comerciantes de alevines buscando a alguien que asuma el riesgo, sosteniendo lo que llaman "variedades exclusivas de alta calidad" y tratando de engañar por todas partes.
Este guion lo entiendo muy bien: el operador del mercado primero eleva el precio y crea ilusiones, y luego lanza toda la mercancía a los inversores minoristas. La rana de Lin tiene un ciclo de crecimiento de tres a cinco años, y cuando tu rana ya se puede vender, el mercado ya se ha enfriado. ¿A quién vas a buscar en ese momento? El que vende las crías ya estará contando el dinero para comprar un yate.
Después de hablar toda la mañana, finalmente logré convencerlo.
Me sentí bastante mal después de colgar el teléfono. El viejo también fue un personaje que ha visto grandes tormentas en el comercio, ¿cómo es que ahora puede ser atrapado incluso en este simple esquema de capital? Tal vez al envejecer, el deseo de hacerse rico se vuelve incluso más fuerte.