La eficiencia ya no es solo una palabra de moda; se está convirtiendo en una estrategia de supervivencia. La idea de que los gobiernos de todo el mundo podrían beneficiarse de su propia versión de un Departamento de Eficiencia Gubernamental no es descabellada. La burocracia inflada agota recursos en todas partes, no solo en un país.

Piénsalo: operaciones optimizadas, reducción de desperdicios, gastos transparentes. Estos no son conceptos revolucionarios en el espacio cripto: los hemos defendido durante años a través de DAOs y gobernanza en cadena. Sin embargo, las instituciones tradicionales todavía luchan con sistemas heredados y brechas de responsabilidad.

Lo interesante es cómo este movimiento de eficiencia refleja lo que vemos en los protocolos DeFi. Cortar a los intermediarios, automatizar lo redundante, recompensar el rendimiento. Quizás los gobiernos finalmente están comprendiendo lo que las comunidades descentralizadas descubrieron hace un tiempo.

No me sorprendería si esto se convierte en una tendencia global. Después de todo, los contribuyentes en todas partes están haciendo la misma pregunta: ¿a dónde va realmente nuestro dinero?