Sam Altman de OpenAI está apuntando a lo grande—$7 trillones. No es un error tipográfico. Para contextualizar, es más que todo el presupuesto del gobierno de EE. UU. para 2023 y aproximadamente la capitalización de mercado combinada de Google, Amazon, Meta y Tesla.
¿Por qué el número insano? Porque construir AGI (Inteligencia Artificial General) que supere a los humanos en literalmente cualquier cosa requiere una potencia de procesamiento que aún no existe. GPT-4 ya costó más de 100 millones de dólares para entrenar. ¿La próxima generación? Exponencialmente más cara.
La Verificación de la Realidad
Aquí es donde se complica. El objetivo de Altman es construir docenas de nuevas fábricas de fabricación de chips. Suena bien hasta que te das cuenta:
El cuello de botella no es el dinero, sino las personas. La industria de los semiconductores tendrá una escasez de ~67,000 trabajadores calificados para 2030. China invirtió $300 mil millones en chips de 2021 a 2022 y aún depende de la tecnología extranjera. La fuga de cerebros es real.
Las cadenas de suministro son complejas AF. Solo un puñado de empresas (TSMC, Intel, Samsung) puede incluso fabricar chips avanzados de IA. Escalar eso requiere coordinar todo, desde las materias primas hasta la construcción de instalaciones y la capacitación. No se trata solo de arrojar dinero al problema.
¿Quiénes están realmente dentro?
Altman supuestamente está cortejando:
El jeque Tahnoun bin Zayed al Nahyan de los EAU (ya profundamente involucrado en inversiones en chips)
CEO de SoftBank Masayoshi Son
TSMC ( probablemente realmente opere las fábricas )
Los fondos soberanos de riqueza también están mostrando interés; los gobiernos ahora ven los chips de IA como una pieza de ajedrez geopolítica.
El Juego de Predicciones
Ark Invest piensa que los costos de entrenamiento de IA caerán un 75% anualmente hasta 2030. Jensen Huang de Nvidia está de acuerdo. Si eso sucede, el plan de Altman parece menos loco. ¿Y si no? Estamos hablando de una quema de capital sin precedentes.
Conclusión
Altman no está loco, solo opera a una escala que nunca hemos visto. La verdadera pregunta: ¿puede la cadena de suministro realmente mantenerse al día? El dinero es la parte fácil. ¿Encontrar suficiente talento y capacidad de fabricación? Esa es la verdadera pared.
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La Pregunta de $7 Trillones: ¿Puede Sam Altman Realmente Llevar a Cabo la Mayor Apuesta Tecnológica de Todos los Tiempos?
Sam Altman de OpenAI está apuntando a lo grande—$7 trillones. No es un error tipográfico. Para contextualizar, es más que todo el presupuesto del gobierno de EE. UU. para 2023 y aproximadamente la capitalización de mercado combinada de Google, Amazon, Meta y Tesla.
¿Por qué el número insano? Porque construir AGI (Inteligencia Artificial General) que supere a los humanos en literalmente cualquier cosa requiere una potencia de procesamiento que aún no existe. GPT-4 ya costó más de 100 millones de dólares para entrenar. ¿La próxima generación? Exponencialmente más cara.
La Verificación de la Realidad
Aquí es donde se complica. El objetivo de Altman es construir docenas de nuevas fábricas de fabricación de chips. Suena bien hasta que te das cuenta:
El cuello de botella no es el dinero, sino las personas. La industria de los semiconductores tendrá una escasez de ~67,000 trabajadores calificados para 2030. China invirtió $300 mil millones en chips de 2021 a 2022 y aún depende de la tecnología extranjera. La fuga de cerebros es real.
Las cadenas de suministro son complejas AF. Solo un puñado de empresas (TSMC, Intel, Samsung) puede incluso fabricar chips avanzados de IA. Escalar eso requiere coordinar todo, desde las materias primas hasta la construcción de instalaciones y la capacitación. No se trata solo de arrojar dinero al problema.
¿Quiénes están realmente dentro?
Altman supuestamente está cortejando:
Los fondos soberanos de riqueza también están mostrando interés; los gobiernos ahora ven los chips de IA como una pieza de ajedrez geopolítica.
El Juego de Predicciones
Ark Invest piensa que los costos de entrenamiento de IA caerán un 75% anualmente hasta 2030. Jensen Huang de Nvidia está de acuerdo. Si eso sucede, el plan de Altman parece menos loco. ¿Y si no? Estamos hablando de una quema de capital sin precedentes.
Conclusión
Altman no está loco, solo opera a una escala que nunca hemos visto. La verdadera pregunta: ¿puede la cadena de suministro realmente mantenerse al día? El dinero es la parte fácil. ¿Encontrar suficiente talento y capacidad de fabricación? Esa es la verdadera pared.