¿Alguna vez sientes que tu lado bueno es solo una fachada? ¿Que cuando alguien te elogia es porque no ha visto tu verdadero yo, y que cuando lo conozcan de verdad, dejarán de gustarles? Quiero decirte que incluso ese lado que te esfuerzas tanto en mostrar también eres tú. Son partes de ti que te han protegido en el pasado; podrías verlo como un estado de preparación ante el peligro cuando lo percibes. Por ejemplo, muchas personas piensan que estar fingiendo significa que en privado no son así, que en realidad están muy nerviosas o son muy perezosas, y que el hecho de mostrarse relajadas, extrovertidas y positivas es solo una actuación. Pero intenta describirlo de otra manera: “Cuando siento que debo mostrarme mejor y más fuerte, muestro este lado de mí”. O, por ejemplo, algunas personas sienten que están siendo falsas en una cita porque intentan parecer más guapas, más caballerosas, más educadas o más generosas, cuando en realidad piensan que son peores que eso. Pero eso solo es el deseo de ser especialmente querido; descrito de otra forma, resulta mucho más tierno. Esa persona normalmente se pone nerviosa fácilmente y no habla mucho, pero para la cita de hoy, para agradar a la persona que le gusta, se ha esforzado en arreglarse y aprender, y durante toda la cita está nervioso/a intentando mostrar sus mejores cualidades. Ese es el estado emocional que vive en su interior.
Es completamente normal que mostremos diferentes versiones de nosotros mismos ante personas que nos gustan. Frente a alguien que nos atrae, es más fácil sentir ansiedad, nerviosismo, que nuestros gestos cambien. Puede que te preguntes: “Pero hay personas que no tienen tanta diferencia, que son más coherentes, que no han experimentado tanto peligro como yo”. Por ejemplo, quizá de pequeño solo te elogiaban si mostrabas tu mejor versión, o nunca te elogiaban sin importar lo que hicieras, así que siempre estabas preparado/a para esforzarte al máximo. Otro niño, en cambio, no necesitaba hacer nada para sentirse seguro, así que rara vez sentía esa urgencia. No temas más que los demás piensen bien de ti; no creas que esos aspectos positivos son insignificantes, que te hacen sentir inseguro/a o fuera de lugar. Antes, necesitabas esforzarte un 200% para recibir un poco de elogio, y ahora, con solo un 50% de esfuerzo, ya lo recibes. En realidad, te parece demasiado fácil y por eso dudas: “¿Por qué ya piensan que soy bueno/a con tan poco?”. Eso no se parece en nada a lo que viviste en el pasado.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
¿Alguna vez sientes que tu lado bueno es solo una fachada? ¿Que cuando alguien te elogia es porque no ha visto tu verdadero yo, y que cuando lo conozcan de verdad, dejarán de gustarles? Quiero decirte que incluso ese lado que te esfuerzas tanto en mostrar también eres tú. Son partes de ti que te han protegido en el pasado; podrías verlo como un estado de preparación ante el peligro cuando lo percibes. Por ejemplo, muchas personas piensan que estar fingiendo significa que en privado no son así, que en realidad están muy nerviosas o son muy perezosas, y que el hecho de mostrarse relajadas, extrovertidas y positivas es solo una actuación. Pero intenta describirlo de otra manera: “Cuando siento que debo mostrarme mejor y más fuerte, muestro este lado de mí”. O, por ejemplo, algunas personas sienten que están siendo falsas en una cita porque intentan parecer más guapas, más caballerosas, más educadas o más generosas, cuando en realidad piensan que son peores que eso. Pero eso solo es el deseo de ser especialmente querido; descrito de otra forma, resulta mucho más tierno. Esa persona normalmente se pone nerviosa fácilmente y no habla mucho, pero para la cita de hoy, para agradar a la persona que le gusta, se ha esforzado en arreglarse y aprender, y durante toda la cita está nervioso/a intentando mostrar sus mejores cualidades. Ese es el estado emocional que vive en su interior.
Es completamente normal que mostremos diferentes versiones de nosotros mismos ante personas que nos gustan. Frente a alguien que nos atrae, es más fácil sentir ansiedad, nerviosismo, que nuestros gestos cambien. Puede que te preguntes: “Pero hay personas que no tienen tanta diferencia, que son más coherentes, que no han experimentado tanto peligro como yo”. Por ejemplo, quizá de pequeño solo te elogiaban si mostrabas tu mejor versión, o nunca te elogiaban sin importar lo que hicieras, así que siempre estabas preparado/a para esforzarte al máximo. Otro niño, en cambio, no necesitaba hacer nada para sentirse seguro, así que rara vez sentía esa urgencia. No temas más que los demás piensen bien de ti; no creas que esos aspectos positivos son insignificantes, que te hacen sentir inseguro/a o fuera de lugar. Antes, necesitabas esforzarte un 200% para recibir un poco de elogio, y ahora, con solo un 50% de esfuerzo, ya lo recibes. En realidad, te parece demasiado fácil y por eso dudas: “¿Por qué ya piensan que soy bueno/a con tan poco?”. Eso no se parece en nada a lo que viviste en el pasado.