Cuando el mercado está en baja, siempre hay alguien que se preocupa una y otra vez por saber "¿dónde está el fondo?"; cuando la tendencia se recupera y sube, no pueden evitar sentirse frustrados y preguntarse "¿por qué no me atreví a salir en ese momento?".

Esta es la crueldad del mercado: siempre hace que quienes solo miran hacia atrás vuelvan a saborear la sensación de haber perdido la oportunidad.

Los que realmente obtienen beneficios, nunca aciertan exactamente en el punto más bajo o más alto, sino que saben acumular en silencio cuando el mercado está tranquilo, mantenerse sobrios cuando el pánico se extiende y saber controlarse en medio del entusiasmo desenfrenado. La lógica suena sencilla, pero solo a través de la experiencia personal se comprende: enfrentarse al miedo y la avaricia en el instinto es mucho más difícil de lo que se imagina.