Sobre la amenaza de la computación cuántica al mercado de criptomonedas, la industria ha estado discutiéndolo mucho. Pero si todavía estás preocupado por el "fin del mundo" en 2026, quizás estés siendo víctima de un marketing excesivo.
¿Cuál es la verdad? Según investigaciones de instituciones como Coin Bureau, aproximadamente el 90% de las teorías de amenaza cuántica que circulan actualmente son solo un truco de marketing. Incluso en 2026, la aplicación comercial real de la computación cuántica seguirá siendo extremadamente limitada, y la comunidad predice que, para realmente superar las defensas criptográficas existentes, aún se necesitarán al menos diez años.
Pero esto no significa que no exista riesgo. Al contrario, los problemas que realmente preocupan son más ocultos.
La mayor vulnerabilidad actual de los activos criptográficos radica en el algoritmo de firma de curva elíptica ECDSA. Los datos muestran que aproximadamente entre el 25% y el 30% de los bitcoins —es decir, casi 4 millones— están almacenados en direcciones cuya clave pública ya ha sido expuesta. En comparación, las direcciones protegidas por hash SHA-256 son mucho más seguras. Una vez que la computación cuántica tenga la capacidad de romper estas protecciones, estos activos "en crudo" serán los primeros en ser atacados.
Aún más inquietante es la teoría de expertos en seguridad como Sahara AI, que propone la estrategia de "recopilar primero, descifrar después". Creen que la verdadera amenaza no explotará en 2026, sino que los atacantes ya están recopilando y almacenando en masa diversos datos cifrados. Esto significa que tus registros de transacciones de hoy podrían convertirse en "cajas fuertes por abrir" en algún momento futuro. La diferencia de tiempo es su campo de caza.
La buena noticia es que la comunidad criptográfica ya está actuando. Planes de actualización anti-cuántica como Qastle ya están en marcha, buscando avances tecnológicos. Para los usuarios comunes, la defensa más directa es prohibir estrictamente la reutilización de direcciones —que actualmente es la última y más efectiva línea de defensa.
Por lo tanto, en lugar de ver 2026 como el fin de la criptografía, es mejor considerarlo como un punto de inflexión. El verdadero campo de batalla será la lucha por la era post-cuántica de la criptografía.
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BearMarketSurvivor
· hace18h
El 90% de las estrategias de marketing son solo trucos, pero esos 4 millones de bitcoins "en pelotas" realmente no aguantan... Ahora debería cambiarse de dirección, ¿verdad?
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PretendingSerious
· hace18h
El 90% es marketing, eso lo creo. Pero esos 4 millones de bitcoins en estado desnudo realmente dan miedo...
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PortfolioAlert
· hace18h
El 90% es solo marketing, me río. Pero esas direcciones de Bitcoin en modo desnudo del 25% realmente dan miedo, parece más urgente que la teoría del fin del mundo en 2026.
Recolectar y luego descifrar este tipo de teorías es realmente genial... Mi historial de transacciones ahora está siendo grabado, esa idea es incómoda.
Reutilizar direcciones realmente debería evitarse, pero la mayoría de la gente ni siquiera piensa en esto.
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SandwichTrader
· hace18h
¿El 90% es solo marketing? Ahora me siento más tranquilo, en realidad pensaba en irme antes, jaja
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Blockchainiac
· hace18h
¿El 90% es marketing? Es razonable, pero lo que realmente importa es ese 10% restante... 4 millones de bitcoins en libertad, eso sí que da miedo
Sobre la amenaza de la computación cuántica al mercado de criptomonedas, la industria ha estado discutiéndolo mucho. Pero si todavía estás preocupado por el "fin del mundo" en 2026, quizás estés siendo víctima de un marketing excesivo.
¿Cuál es la verdad? Según investigaciones de instituciones como Coin Bureau, aproximadamente el 90% de las teorías de amenaza cuántica que circulan actualmente son solo un truco de marketing. Incluso en 2026, la aplicación comercial real de la computación cuántica seguirá siendo extremadamente limitada, y la comunidad predice que, para realmente superar las defensas criptográficas existentes, aún se necesitarán al menos diez años.
Pero esto no significa que no exista riesgo. Al contrario, los problemas que realmente preocupan son más ocultos.
La mayor vulnerabilidad actual de los activos criptográficos radica en el algoritmo de firma de curva elíptica ECDSA. Los datos muestran que aproximadamente entre el 25% y el 30% de los bitcoins —es decir, casi 4 millones— están almacenados en direcciones cuya clave pública ya ha sido expuesta. En comparación, las direcciones protegidas por hash SHA-256 son mucho más seguras. Una vez que la computación cuántica tenga la capacidad de romper estas protecciones, estos activos "en crudo" serán los primeros en ser atacados.
Aún más inquietante es la teoría de expertos en seguridad como Sahara AI, que propone la estrategia de "recopilar primero, descifrar después". Creen que la verdadera amenaza no explotará en 2026, sino que los atacantes ya están recopilando y almacenando en masa diversos datos cifrados. Esto significa que tus registros de transacciones de hoy podrían convertirse en "cajas fuertes por abrir" en algún momento futuro. La diferencia de tiempo es su campo de caza.
La buena noticia es que la comunidad criptográfica ya está actuando. Planes de actualización anti-cuántica como Qastle ya están en marcha, buscando avances tecnológicos. Para los usuarios comunes, la defensa más directa es prohibir estrictamente la reutilización de direcciones —que actualmente es la última y más efectiva línea de defensa.
Por lo tanto, en lugar de ver 2026 como el fin de la criptografía, es mejor considerarlo como un punto de inflexión. El verdadero campo de batalla será la lucha por la era post-cuántica de la criptografía.