¿Nos dirigimos a una recesión? ¿Qué activos podrían experimentar caídas de precio y cuáles no

A medida que crece la incertidumbre económica, la pregunta en la mente de muchas personas es sencilla: ¿nos dirigimos a una recesión, y en caso afirmativo, qué deberíamos esperar? La respuesta radica en entender cómo las recesiones remodelan el comportamiento del consumidor y los valores de los activos. Cuando una recesión golpea, el patrón es predecible—el poder de compra reducido desencadena un efecto dominó en diferentes mercados, pero no todos los precios caen por igual.

Entender cómo las recesiones remodelan los valores del mercado

Una recesión se desarrolla cuando la economía se contrae durante dos o más trimestres consecutivos, generalmente medido a través del PIB en descenso. Durante estos períodos, las empresas reducen las nóminas, aumenta el desempleo y los hogares ven disminuir su ingreso disponible. Este apretón en el gasto tiene una consecuencia sencilla: la demanda de artículos discrecionales se desploma, arrastrando sus precios hacia abajo.

Sin embargo, aquí está la nuance que a menudo pasa desapercibida—no todo se vuelve más barato. Los artículos esenciales como alimentos y servicios públicos permanecen relativamente estables porque las personas deben seguir comprándolos independientemente de las condiciones económicas. Los lujos y deseos, desde el entretenimiento hasta los viajes, se vuelven mucho más vulnerables a la compresión de precios.

Bienes raíces: donde los compradores encuentran oportunidades

Los mercados inmobiliarios ya muestran los efectos de las vientos en contra económicas. En los principales centros tecnológicos, particularmente afectados, las caídas son notables. San Francisco ha visto los valores caer un 8.20% desde los picos de 2022, San José refleja esa misma disminución del 8.20%, y Seattle ha bajado un 7.80%. Mirando el panorama más amplio, los analistas pronostican posibles reducciones de precios del 20% en más de 180 mercados en EE. UU.

Para los posibles compradores, este entorno presenta una ventana rara. Históricamente, los bienes raíces se convierten en una de las oportunidades de compra más atractivas durante las recesiones, siempre que tengas acceso a capital.

Mercados de combustibles: fuerzas externas complican el panorama

¿Bajarán los precios de la gasolina durante una recesión? La respuesta es incierta. La historia ofrece un precedente—durante la crisis de 2008, los costos de combustible cayeron un 60%, tocando fondo cerca de $1.62 por galón. La mayoría de los economistas esperan una presión similar durante futuras recesiones a medida que la demanda se contrae.

Sin embargo, la situación actual es diferente. Factores geopolíticos, particularmente las interrupciones en el suministro, crean una presión al alza que puede contrarrestar las fuerzas recesivas. Además, la gasolina sigue siendo esencial—las personas aún se desplazan al trabajo y compran alimentos. Esta elasticidad limitada en la demanda significa que existen pisos de precios que la recesión por sí sola no puede romper.

Automóviles: por qué esta recesión podría romper el patrón

El precio de los vehículos presenta una anomalía interesante. Históricamente, los fabricantes reducían precios durante las recesiones para liquidar inventario excedente. Los lotes estaban llenos de camiones y autos sin vender, lo que forzaba negociaciones con los concesionarios.

Esta vez, las interrupciones en la cadena de suministro invirtieron la ecuación. Los retrasos en la producción relacionados con la pandemia crearon escasez que hizo que los precios se dispararan. Como explica Charlie Chesbrough, economista senior en Cox Automotive: “Durante 2022 y hasta 2023, no vamos a ver muchas rebajas. No va a haber mucho inventario, por lo que el concesionario no se verá obligado a negociar contigo.”

Debido a que los concesionarios actualmente carecen de inventario excedente para vender, las concesiones de precios simplemente pueden no materializarse nunca.

Posicionamiento estratégico: cómo aprovechar una recesión

Aquí está la percepción contraria—las recesiones no son eventos puramente destructivos para los inversores informados. Son oportunidades de compra para quienes tienen capital disponible.

La estrategia consiste en redistribuir una parte de tu cartera en efectivo líquido antes de entrar en una recesión. Esto te posiciona para evitar quedar atrapado en inversiones en depreciación y crear capacidad de compra para activos como viviendas y ciertos valores cuando las valoraciones se comprimen.

Para quienes consideran compras importantes, la clave es entender el contexto económico local. Las variaciones regionales importan enormemente. Algunos mercados verán una erosión dramática de precios, mientras que otros permanecerán relativamente resistentes. Analizar cómo una recesión podría afectar a tu área específica se vuelve esencial antes de comprometer capital en viviendas, vehículos u otras adquisiciones importantes.

La conclusión: ¿nos dirigimos a una recesión? Posiblemente. ¿Debes entrar en pánico? No. ¿Deberías prepararte? Absolutamente. Quienes se posicionan estratégicamente durante tiempos de incertidumbre, a menudo emergen con las mejores oportunidades.

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