Las activos tradicionales brillan bajo los focos, mientras que Bitcoin se prepara en la sombra. Detrás de una aparente desigualdad en la confrontación, en realidad hay corrientes subterráneas de lucha por el poder de hash, tensiones geopolíticas y flujos de capital que se agitan.

En 2025, el mercado de capitales presenta un escenario dramático: el oro ha subido más del 70% en el año, la plata casi un 140%, y el Nasdaq de EE. UU. ha escalado un 19%, mientras que Bitcoin ha retrocedido aproximadamente un 6%.

Esta fuerte diferenciación desconcierta a muchos en el mundo de las criptomonedas. En apariencia, Bitcoin parece estar en modo de descanso, pero la realidad es mucho más compleja: una gran obra en torno al dominio del poder de hash, la lucha geopolítica y la redistribución de la liquidez se desarrolla en secreto, reescribiendo silenciosamente el mapa del capital.

**Cambio de poder en el hash: una lucha entre mineros, IA y energía**

El campo del hash está presenciando una ceremonia de transferencia de poder. Este año, la potencia total de la red Bitcoin alcanzó los 723.6EH/s, lo que equivale a unas 30 veces la potencia combinada de las 500 supercomputadoras más potentes del mundo. Suena impresionante, pero detrás de estos datos llamativos hay una competencia sin humo.

La aparición de la IA ha provocado un gran torbellino energético. Las principales empresas tecnológicas invierten miles de millones de dólares en construir centros de datos, en esencia compitiendo por la porción del pastel de los recursos energéticos globales. Utilizar la misma electricidad para entrenar grandes modelos y realizar cálculos de hash para minar Bitcoin genera valores económicos muy diferentes: los beneficios del primero ya superan ampliamente a los del segundo.

He notado que muchas granjas de minería de Bitcoin están siendo transformadas en centros de potencia para IA. Este cambio no sucede al azar, sino que refleja una percepción aguda del capital. Cuando la curva de crecimiento de la inteligencia artificial supera con creces la escasez de "oro digital", el dinero naturalmente fluye hacia las herramientas de producción que ofrecen retornos exponenciales.

Los mineros enfrentan ahora un dilema: ¿mantenerse en la línea de minería de Bitcoin o sumarse a la ola de potencia para IA? No es solo una cuestión de beneficios, sino un gran desplazamiento en la asignación de energía y capital. Los mineros que antes monopolizaban los recursos de hash ahora deben compartir esa porción del pastel.