Mirando hacia atrás en este año, no se puede decir que haya sido completamente un fracaso ni una gran cosecha. Las personas que mantienen las principales criptomonedas —especialmente aquellas que compraron y mantienen BTC y BNB— en general han tenido una experiencia bastante buena. Pero desde otra perspectiva, los amigos que tienen altcoins en sus carteras probablemente han pasado malos momentos, ya que el rendimiento del mercado ha sido un poco decepcionante.

Sobre si la temporada de altcoins volverá, la verdad es que ahora es difícil volver a ver aquel escenario de explosión total que hubo antes. La razón es bastante simple: hay demasiadas criptomonedas. Detrás de cada una hay diferentes equipos, organizaciones o empresas, y su modo de operación lo deciden ellos mismos. Esto significa que las diferencias en el rendimiento de cada moneda se están ampliando, y es difícil que se formen efectos de rotación generalizados.

Sin embargo, las altcoins veteranas como LTC y DOGE todavía tienen espacio para sobrevivir, ya que cuentan con historia y una base comunitaria sólida. Al mismo tiempo, el camino de ETH quizás todavía merece atención —si en el futuro la innovación ecológica continúa aquí, será una fuente de imaginación. En general, este año ha dejado claro una cosa: la era de copiar ciegamente altcoins ha pasado; elegir la dirección correcta y encontrar la pista adecuada es el camino correcto.