La problemática del oro y la plata... un artículo importante, léelo completo sin aburrirte para conocer el secreto...
Al observar los números en bruto, aparece una discrepancia clara: el valor de mercado global del oro alcanza aproximadamente 31 billones de dólares, mientras que el valor de la plata es de solo unos 4 billones de dólares, es decir, la proporción entre ambos se acerca a 1 a 7 aproximadamente. Al pasar a la cantidad física, encontramos que el volumen de oro extraído históricamente se estima en unos 216 mil toneladas métricas, mientras que el volumen de plata es de aproximadamente 1.750 millones de toneladas métricas, una proporción cercana a 1 a 8, muy similar a la proporción de valor de mercado. Pero al mirar el precio de la onza, aparece la brecha evidente, ya que el precio de una onza de oro alcanza casi 59 veces el precio de una onza de plata, una diferencia que no refleja ni la proporción del valor de mercado ni la proporción de la cantidad física, lo que abre la puerta a cuestionar las causas de esta distorsión de precios. La causa principal se debe a la diferencia radical en la función monetaria: el oro ha sido históricamente considerado como un almacén de valor, un refugio seguro y una alternativa monetaria en tiempos de crisis. Es un metal que casi no se consume, se recicla y se almacena a través de las generaciones, y los bancos centrales lo mantienen como parte de sus reservas oficiales, creando así una demanda monetaria constante y estable, independientemente de su uso industrial. Por otro lado, la plata en los mercados se trata principalmente como una materia prima industrial, con más del 50% de su uso en industrias delicadas como la electrónica, la energía solar, la medicina y la industria militar. Esto conduce a un consumo efectivo que saca una gran parte de ella del ciclo económico. Sin embargo, la plata no tiene un papel monetario oficial ni forma parte de las reservas soberanas, lo que debilita su demanda como activo financiero. La situación se vuelve aún más clara al remitirnos a la referencia histórica, donde el dinar de oro equivalía a 8 dirhams de plata, un estándar monetario que duró siglos y que no fue aleatorio, sino que reflejaba una proporción real entre los metales, en línea con la cantidad física cercana a 1 a 8. Aunque la proporción de precios reales en la historia no fue constante y fluctuó en muchos períodos alrededor de niveles cercanos a 1 a 33, esto todavía dista mucho de los niveles contemporáneos que se acercan a 1 a 59. En los últimos años, esta desconexión alcanzó su punto máximo, llegando a una proporción de 1 a 125 entre el precio del oro y la plata en 2020. Una proporción extraordinaria vinculada a la crisis del COVID-19 y los periodos de cierre global que provocaron una desaceleración general en la actividad industrial y una caída aguda en la demanda de plata, mientras que la demanda de oro como refugio seguro se disparó en medio del miedo y la incertidumbre. Esto demuestra que el mercado trata a estos dos metales con funciones completamente diferentes. Finalmente, los riesgos de poseer plata en períodos de recesión, desaceleración del crecimiento o crisis financieras son evidentes, ya que implican una caída en la demanda industrial y una clara preferencia por el oro. A pesar de la distorsión de precios que ha sufrido la plata en los últimos años, su posición como activo financiero sigue siendo débil por su dependencia de la demanda industrial y por la falta de interés de los bancos centrales en poseerla. Asimismo, cualquier cambio radical en el papel de la plata para equipararse al oro como refugio monetario provocaría aumentos drásticos en los costos de las industrias electrónicas, médicas y militares, lo que representa un riesgo directo para el sistema industrial global. Podría generar presiones inflacionarias y cuellos de botella productivos, abriendo la puerta a una recesión industrial y un deterioro tecnológico futuro. Esto hace que la separación funcional entre el oro y la plata, a pesar de sus distorsiones de precios, sea una necesidad impuesta por las demandas de equilibrio entre el sistema financiero y el sistema industrial$BTC
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Al observar los números en bruto, aparece una discrepancia clara: el valor de mercado global del oro alcanza aproximadamente 31 billones de dólares, mientras que el valor de la plata es de solo unos 4 billones de dólares, es decir, la proporción entre ambos se acerca a 1 a 7 aproximadamente. Al pasar a la cantidad física, encontramos que el volumen de oro extraído históricamente se estima en unos 216 mil toneladas métricas, mientras que el volumen de plata es de aproximadamente 1.750 millones de toneladas métricas, una proporción cercana a 1 a 8, muy similar a la proporción de valor de mercado.
Pero al mirar el precio de la onza, aparece la brecha evidente, ya que el precio de una onza de oro alcanza casi 59 veces el precio de una onza de plata, una diferencia que no refleja ni la proporción del valor de mercado ni la proporción de la cantidad física, lo que abre la puerta a cuestionar las causas de esta distorsión de precios.
La causa principal se debe a la diferencia radical en la función monetaria: el oro ha sido históricamente considerado como un almacén de valor, un refugio seguro y una alternativa monetaria en tiempos de crisis. Es un metal que casi no se consume, se recicla y se almacena a través de las generaciones, y los bancos centrales lo mantienen como parte de sus reservas oficiales, creando así una demanda monetaria constante y estable, independientemente de su uso industrial.
Por otro lado, la plata en los mercados se trata principalmente como una materia prima industrial, con más del 50% de su uso en industrias delicadas como la electrónica, la energía solar, la medicina y la industria militar. Esto conduce a un consumo efectivo que saca una gran parte de ella del ciclo económico. Sin embargo, la plata no tiene un papel monetario oficial ni forma parte de las reservas soberanas, lo que debilita su demanda como activo financiero.
La situación se vuelve aún más clara al remitirnos a la referencia histórica, donde el dinar de oro equivalía a 8 dirhams de plata, un estándar monetario que duró siglos y que no fue aleatorio, sino que reflejaba una proporción real entre los metales, en línea con la cantidad física cercana a 1 a 8. Aunque la proporción de precios reales en la historia no fue constante y fluctuó en muchos períodos alrededor de niveles cercanos a 1 a 33, esto todavía dista mucho de los niveles contemporáneos que se acercan a 1 a 59.
En los últimos años, esta desconexión alcanzó su punto máximo, llegando a una proporción de 1 a 125 entre el precio del oro y la plata en 2020. Una proporción extraordinaria vinculada a la crisis del COVID-19 y los periodos de cierre global que provocaron una desaceleración general en la actividad industrial y una caída aguda en la demanda de plata, mientras que la demanda de oro como refugio seguro se disparó en medio del miedo y la incertidumbre. Esto demuestra que el mercado trata a estos dos metales con funciones completamente diferentes.
Finalmente, los riesgos de poseer plata en períodos de recesión, desaceleración del crecimiento o crisis financieras son evidentes, ya que implican una caída en la demanda industrial y una clara preferencia por el oro. A pesar de la distorsión de precios que ha sufrido la plata en los últimos años, su posición como activo financiero sigue siendo débil por su dependencia de la demanda industrial y por la falta de interés de los bancos centrales en poseerla.
Asimismo, cualquier cambio radical en el papel de la plata para equipararse al oro como refugio monetario provocaría aumentos drásticos en los costos de las industrias electrónicas, médicas y militares, lo que representa un riesgo directo para el sistema industrial global. Podría generar presiones inflacionarias y cuellos de botella productivos, abriendo la puerta a una recesión industrial y un deterioro tecnológico futuro. Esto hace que la separación funcional entre el oro y la plata, a pesar de sus distorsiones de precios, sea una necesidad impuesta por las demandas de equilibrio entre el sistema financiero y el sistema industrial$BTC