En este momento, las voces sobre el mercado son muy variadas. Algunos todavía confían en que el mercado alcista puede extenderse hasta la primera mitad del próximo año, pero mi opinión es completamente opuesta: antes de mediados de 2026, no planeo tocar ninguna criptomoneda.

Para ser honesto, en este momento no hay ningún activo que me motive a comprar. Bitcoin ya ha superado los 90,000 dólares, OKB se acerca a los 100 dólares, y BNB ha alcanzado los 800 dólares. Con estos precios, no puedo encontrar ninguna razón para involucrarme ahora mismo. En cuanto a esas monedas pequeñas, ni siquiera quiero tocarlas.

En definitiva, el problema principal que tengo frente a mí ya no es si el mercado será alcista o bajista, sino la relación calidad-precio. Sin una buena relación calidad-precio, ¿cuál es el sentido de participar en el mercado?

O bien espero a que las monedas principales hagan una corrección a niveles razonables — Bitcoin caiga por debajo de 50,000 dólares, OKB vuelva a estar por debajo de 50 dólares, BNB baje a menos de 500 dólares — o simplemente los observo consolidarse en estos niveles, dando tiempo para digerir estos precios altos. De lo contrario, me quedaré quieto.

En esencia, los precios actuales no reflejan su valor real. Quizá en dos años puedan estar alineados, pero ahora están muy lejos. Esto no es solo un problema de Bitcoin, sino que OKB y BNB siguen la misma lógica: los precios actuales podrían enfrentarse a un riesgo de caída del 50%.

Cuando la próxima fase del ciclo realmente comience y los precios vuelvan a subir en espiral, entonces el fondo debería ser más sólido y el soporte a largo plazo más firme. Por supuesto, siempre y cuando sean monedas con valor real. Si son altcoins, comprar a precios bajos todavía puede significar una caída del 90% adicional, y ese riesgo no puedo asumirlo.

La regla más importante en inversión es: solo construir lentamente cuando surja una verdadera buena oportunidad. En otros momentos, simplemente hay que detenerse.