Recientemente he prestado atención a varios proyectos Web3 que merecen ser destacados, tanto por su progreso en financiación como por su orientación tecnológica.

Primero, hablemos de Gensyn, una red abierta que desarrolla sistemas de IA descentralizados. En marzo del año pasado completaron una ronda semilla de 6,5 millones de dólares, liderada por Eden Block. En junio del mismo año, anunciaron una ronda de Serie A de 43 millones de dólares, liderada por a16z. La diferencia en la escala de financiación indica que la percepción del mercado sobre este sector está en aumento.

Luego, está Octra, centrada en la privacidad, que construye una red blockchain con soporte para entornos de ejecución aislados (FHE). La distribución de tokens es bastante equilibrada: 18% para inversores iniciales, 15% para el equipo de Octra Labs y el 67% restante para la comunidad (incluyendo usuarios tempranos, validadores, financiamiento del ecosistema, etc.), con ningún inversor individual poseyendo más del 3%. En septiembre del año pasado, completaron una financiación Pre-Seed de 4 millones de dólares, liderada por Finality Capital, con participación de Big Brain Holdings, Karatage y otras instituciones. Esta lógica de distribución es bastante moderada, lo que aumenta la credibilidad a largo plazo del proyecto.

El sector de carteras Web3 también está en auge. La idea de Rainbow es crear una interfaz de usuario sencilla, intuitiva y segura, que facilite a los principiantes gestionar NFT, conectar con aplicaciones DeFi, realizar puentes entre cadenas, etc. Se autodenominan «divertido, simple y seguro», y su objetivo es ser como un Robinhood diseñado específicamente para Web3, reduciendo la barrera de entrada. Soportan integración con dominios ENS, y se puede usar sin problemas en móviles y en escritorio. Hasta ahora, han recaudado cerca de 20 millones de dólares.

Estos tres proyectos representan diferentes enfoques de innovación en IA descentralizada, computación de privacidad y interfaces de usuario, con distintos niveles de barreras tecnológicas, dificultades de implementación y potencial de explosión, por lo que son relevantes para diferentes tipos de participantes.