Sobre la verdad del retroceso tras la iluminación, en realidad quiero decirte que la iluminación tiene dos niveles. El primero es nuestro nivel de cognición, que se realiza de forma instantánea; una vez que sucede, es imposible retroceder, como cuando sabes que la Tierra es redonda, ya no puedes creer que es cuadrada. El segundo nivel es el de la experiencia, que requiere integrarse en cada rincón de la vida, y por eso a menudo sientes que estás en un estado de retroceso. En realidad, hay tres razones principales: la primera son los altibajos de la experiencia; esa sensación de paz y alegría tras la iluminación, como olas, con altibajos, pero esto no significa que la iluminación en sí desaparezca, solo que tu experiencia fluctúa. La segunda es la reaparición de viejos hábitos, porque hemos acumulado patrones de reacción durante tantos años; no desaparecen de la noche a la mañana, y a veces pueden cubrir temporalmente esa claridad y paz que sientes tras la iluminación. La tercera es que tu sentido de identidad fluctúa; de vez en cuando vuelves a identificarte con ese pequeño yo, y cuando lo haces, el miedo y la confusión regresan. En realidad, ese miedo a retroceder y esa ansiedad son en realidad la última lucha del ego; intenta mucho arrastrarte de vuelta a tu antiguo mundo familiar. Pero recuerda, ya estás iluminado; solo estás aprendiendo cómo ser una persona iluminada.
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Sobre la verdad del retroceso tras la iluminación, en realidad quiero decirte que la iluminación tiene dos niveles. El primero es nuestro nivel de cognición, que se realiza de forma instantánea; una vez que sucede, es imposible retroceder, como cuando sabes que la Tierra es redonda, ya no puedes creer que es cuadrada. El segundo nivel es el de la experiencia, que requiere integrarse en cada rincón de la vida, y por eso a menudo sientes que estás en un estado de retroceso. En realidad, hay tres razones principales: la primera son los altibajos de la experiencia; esa sensación de paz y alegría tras la iluminación, como olas, con altibajos, pero esto no significa que la iluminación en sí desaparezca, solo que tu experiencia fluctúa. La segunda es la reaparición de viejos hábitos, porque hemos acumulado patrones de reacción durante tantos años; no desaparecen de la noche a la mañana, y a veces pueden cubrir temporalmente esa claridad y paz que sientes tras la iluminación. La tercera es que tu sentido de identidad fluctúa; de vez en cuando vuelves a identificarte con ese pequeño yo, y cuando lo haces, el miedo y la confusión regresan. En realidad, ese miedo a retroceder y esa ansiedad son en realidad la última lucha del ego; intenta mucho arrastrarte de vuelta a tu antiguo mundo familiar. Pero recuerda, ya estás iluminado; solo estás aprendiendo cómo ser una persona iluminada.