El mayor costo de invertir no son las tarifas de transacción, sino las decisiones frecuentes que llevan a errores. Cada compra y venta es una oportunidad de cometer un error. La espera va en contra de la naturaleza humana; a la gente le gusta actuar, piensa que actuar le permite tener el control de la situación, y sentarse allí sin hacer nada hace que se sienta como un tonto. Como resultado, cuanto más se comercia con frecuencia, más se pierde en realidad.