Internet ha sobrevivido a innumerables predicciones de su desaparición. Primero llegaron las advertencias sobre la dominación de las redes sociales, luego las aplicaciones móviles. Sin embargo, aquí estamos: la web se adaptó y prosperó. Pero esta vez parece diferente. La IA podría ser el verdadero desafío existencial que enfrenta internet. A diferencia de los cambios de paradigma anteriores que transformaron la forma en que accedemos al contenido, la IA amenaza los cimientos mismos de cómo fluye la información y opera la confianza en línea. La pregunta no es si la amenaza es real—sino si la infraestructura descentralizada y las soluciones Web3 pueden ofrecer la resiliencia que el sistema actual no puede garantizar.