Anoche el mercado de metales preciosos experimentó una fuerte corrección. El oro cayó casi un 5%, la plata se desplomó más de un 10%, y el platino también siguió la tendencia, perforando soportes uno tras otro. La intensidad de esta caída fue realmente inesperada, y todo el mercado entró en un patrón de consolidación débil y de volatilidad.

Pero esto no es necesariamente algo malo. Los datos históricos nos muestran que las caídas pronunciadas a menudo esconden oportunidades. Volviendo a la zona de 4380, el oro cayó 400 dólares en un día, pero luego rebotó 150 dólares. Movimientos extremos como estos suelen ofrecer un espacio de recuperación bastante considerable: en esta ocasión, el oro tiene al menos cerca de 100 dólares de potencial de recuperación.

Al buscar rebotes, hay que recordar una cosa: actuar con rapidez, pero sin ser codicioso. Dado que en el corto plazo la tendencia ya se ha convertido en una oscilación bajista, hay que tener prudencia. Las posiciones sin apalancamiento como el oro físico, los ETF de oro y el oro almacenado, aunque tengan pérdidas temporales, no hay que preocuparse, ya que a largo plazo son oportunidades de acumulación.

La situación del plata y del platino es similar, ambos soportes clave han sido perforados, y la tendencia posterior será principalmente de consolidación. Si ya tienes posiciones, la estrategia actual es aumentar en los niveles de soporte, proteger las ganancias y esperar señales de fondo más claras antes de considerar reestructurar. La volatilidad a corto plazo, por muy intensa que sea, es solo temporal; lo fundamental es aprovechar esas ventanas de rebote que sean seguras.