No te obsesiones con convertir los días en horarios precisos, aprende a dejar un poco de espacio para que la vida respire.
Acepta de vez en cuando la sensación de no poder con todo, abraza los altibajos naturales de las emociones, incluso si solo es sentarse junto a la ventana a soñar despierto o mirar las nubes. Estos momentos que parecen ser tiempo perdido son la mejor manera de recargar el alma.
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No te obsesiones con convertir los días en horarios precisos, aprende a dejar un poco de espacio para que la vida respire.
Acepta de vez en cuando la sensación de no poder con todo, abraza los altibajos naturales de las emociones, incluso si solo es sentarse junto a la ventana a soñar despierto o mirar las nubes.
Estos momentos que parecen ser tiempo perdido son la mejor manera de recargar el alma.