Hace un tiempo circuló mucho una historia de fútbol, y la verdad, si piensas que no tiene que ver con las inversiones, puedes simplemente pasarla, total esto son solo pensamientos personales.

Las ligas superiores en varias regiones han estado muy populares en los últimos dos años, como la Chongqing Yuchao, la Jiangsu Suchao, etc. Hace poco terminó la Superliga de Xiang, y para sorpresa de todos, Yongzhou ganó el campeonato. Yongzhou es una ciudad de cuarta categoría, mucha gente ni siquiera la conoce. Yo fui allí por un viaje de negocios, y honestamente, es un lugar bastante atrasado.

¿Y qué configuración tiene este equipo de Yongzhou? Estudiantes universitarios, estudiantes de secundaria técnica, repartidores de comida a domicilio; su sueño es una tarjeta de comida de 500 yuanes y un par de zapatillas de marca. Para ser sincero, su estadio, hablando mal, ni siquiera tiene tribunas, es solo un lugar destartalado. El entrenador es un profesor de fútbol en primaria, y como no hay suficiente personal, él mismo tiene que jugar. Con un equipo que parece "no tener nada", lograron vencer al campeón defensor de Changsha.

Al ver ese video, se me llenaron los ojos de lágrimas. ¿No es esto la versión real de una historia de superación? Porque aman el fútbol, luchan por ello; una vez que participan, dan todo sin dejar escapatoria. Lo más impactante es que las entradas para Yongzhou se agotaron, y el gobierno, en lugar de hacer algo en el estadio, colocó asientos en los árboles alrededor, la gente se apilaba en ladrillos y se sentaba en las paredes para ver el partido. ¡Qué locura! Eso es fe.

En el mercado, nosotros también somos así. Caemos, nos levantamos, volvemos a caer y a levantarnos, una y otra vez, sin rendirnos. Cada vez que miramos los gráficos, nuestro estado de ánimo es cambiante: desesperación cuando perdemos, esperanza cuando rebotamos. La historia de Yongzhou me hizo pensar en por qué no solo hago trading, sino que también doy capacitaciones y orientación. Muchos criptoamigos buscan en la oscuridad, sin ver claramente el camino. Quiero ser esa luz, darles una dirección, mostrarles esa fuerza de no rendirse que existe en la humanidad.

Pero, en realidad, cada uno debe recorrer ese camino con sus propias piernas hasta llegar a su destino. Cuando realmente llegues allí, al mirar atrás, podrás reírte de esos momentos que te hicieron llorar, enojar o sentirte impotente. En ese momento, tú también serás esa luz para los demás.