Hoy es 30 de diciembre, y el mercado tiene varias cosas que vale la pena seguir.

Primero, el aspecto macro: la Reserva Federal publicará mañana a las 3 de la madrugada las minutas de la reunión de política monetaria. Hay un dato interesante: la volatilidad de los bonos del Tesoro de EE. UU. podría registrar la mayor caída anual desde 2009, ¿qué significa esto? Que la certeza sobre las expectativas de política está en aumento. Sin embargo, una observación reciente es que, aunque el ciclo político parece estar impulsando el mercado, el rendimiento de los activos criptográficos no lo está acompañando; las ganancias del año prácticamente se han nivelado.

En cuanto a los metales preciosos, últimamente ha habido bastante movimiento. El oro y la plata han experimentado una volatilidad extrema, especialmente la plata—que tras superar los 80 dólares no pudo mantenerse, con una caída intradía de más de 7 dólares, alcanzando la mayor caída diaria en la historia. El oro tampoco se quedó atrás, debido a la toma de beneficios por parte de las instituciones, cayendo aproximadamente un 4%. ¿Por qué tan fuerte? En pocas palabras, porque la liquidez se ha agotado. Las bolsas han ajustado los márgenes de garantía y los límites de subida y bajada, los creadores de mercado se han visto obligados a reducir su actividad, y los fondos de cobertura, en niveles altos, no se atreven a tomar posiciones a la ligera. El resultado es que cualquier noticia negativa se amplifica al máximo.

Ahora, en el lado de las criptomonedas. La historia de Bitcoin es aún más interesante—alcanzó un máximo histórico a principios de octubre, pero luego sufrió una ola de ventas sin precedentes. Especialmente después de que algunas tensiones comerciales se intensificaron, lo que desencadenó una ola de liquidaciones forzosas por valor de 19 mil millones de dólares. BTC llegó a caer por debajo de 81,000 dólares, y luego, en medio de la volatilidad, construyó lentamente un fondo, y ahora su precio oscila alrededor de los 90,000 dólares.

A corto plazo, la situación parece algo fría, e incluso algunos analistas dicen que el mercado podría estar entrando en una nueva fase de invierno. Pero si se mira en un ciclo más largo, esto en realidad corresponde a la típica recuperación de un ciclo de cuatro años en los activos criptográficos. ¿Qué piensan las instituciones? La actitud sigue siendo relativamente optimista; aunque en medio de la volatilidad, el flujo de fondos institucional continúa. Lo importante es que los activos criptográficos están dando pasos firmes desde la "zona gris" marginal hacia el sistema financiero mainstream, y esa tendencia no ha cambiado.