Sobre el emprendimiento, a menudo caemos en un error.

La historia de Manus lo deja muy claro: ¿hay talento? Sí. ¿Hay emprendedores con ideas? Muchos. ¿El dinero de los VC es suficiente? Desde hace tiempo no faltan fondos. Entonces, ¿dónde está el problema?

En realidad, es el entorno.

No es que los emprendedores no sean lo suficientemente fuertes, ni que falten ideas innovadoras, ni que los capitalistas no quieran soltar el dinero. La verdadera dificultad siempre radica en el ecosistema: el apoyo político, la infraestructura, el reconocimiento del mercado, y si los mecanismos de salida son fluidos.

Estos factores blandos suelen ser más decisivos que las rondas de financiación. Incluso con ideas innovadoras, si el entorno tiene ciclos de aprobación largos, altos costos de cumplimiento y acceso al mercado riguroso, ninguna cantidad de financiación podrá resolverlo.

En contraste, en lugares donde el ecosistema Web3 está relativamente maduro, la vitalidad emprendedora es claramente diferente. No porque sus emprendedores sean más inteligentes, sino porque el entorno en sí mismo actúa como un acelerador.