El destino de los inversores minoristas, a menudo no está en su inteligencia, sino en su estado de ánimo.

El ciclo de este mercado se repite todos los días: una moneda que se espera que alcance los 10 dólares, termina en rango durante tres días, y el entusiasmo de todos se enfría hasta los 2 dólares. Sin noticias negativas ni malas, simplemente por "quedarse quieto" la confianza se desgasta. En comparación con el dolor a corto plazo de una caída fuerte, la tortura de la consolidación es aún más destructiva—una agonía sin fin visible.

Llega una contradicción interesante: cuando cae de 100U a 1U, no te atreves a comprar; cuando baja a 0.6U, empiezas a despreciarla. En apariencia, temes perder, pero en realidad, temes no poder "mantener" la posición.

Al resistir durante una caída, eso no se llama mano de diamante, sino que simplemente no tuviste tiempo de escapar. Los verdaderos ganadores son quienes pueden mantener la calma durante las subidas. Cuando las ganancias en la cuenta aumentan, empiezan a ponerse nerviosos; cuando suben 3 veces, quieren asegurar sus beneficios, y cuanto más ganan, más se sienten inseguros—la mayoría de los minoristas no temen perder, sino ganar.

Los grandes jugadores conocen bien este juego. Usan años para pulir la creencia de los minoristas, reduciendo sus expectativas de 100U a 2U, hasta que todos solo se atreven a vivir por pequeños beneficios inmediatos. Ese es el momento perfecto para manipular y recolectar.

El mercado alcista de las criptomonedas nunca surge solo por subir, sino que se construye con caídas, consolidaciones y resistencias, poco a poco. Muchos cometen errores no antes de una caída fuerte ni antes de una subida explosiva, sino en ese momento en que "por fin llega la oportunidad, pero no te atreves a actuar". Lo más cruel del mercado no es que caiga hasta que nadie se atreva a comprar, sino que suba hasta que nadie se atreva a sostener.

Los que logran sobrevivir a largo plazo en este mercado no son los más inteligentes, sino aquellos que realmente entienden los ciclos y pueden soportar la agonía.