La infraestructura de computación de alto rendimiento ha mantenido tradicionalmente las herramientas avanzadas bloqueadas tras barreras corporativas: los actores más grandes obtienen el mejor acceso, mientras que otros quedan excluidos. Ese es el cuello de botella que frena la innovación genuina.

¿Y si los recursos de computación pudieran funcionar de manera diferente? Un enfoque descentralizado elimina por completo el factor "a quién conoces". Al agrupar la computación a través de una red transparente y verificable, cualquiera puede acceder a un rendimiento de nivel empresarial basado en el mérito, no en las conexiones. Todas las transacciones y asignaciones permanecen en la cadena y son auditable.

Esa es la oportunidad en una infraestructura verdaderamente abierta: derribar barreras, no solo cambiar quién las controla.