La década que viene presenta una paradoja fascinante. Si el impulso actual se mantiene estable, podríamos ver que los principales índices bursátiles suban hacia el rango de 10,000-11,000, extendiendo lo que parece ser una prolongada tendencia alcista. Pero aquí está la tensión: la rápida adopción de IA y las valoraciones desconectadas de los fundamentos están creando condiciones para una corrección significativa.

La historia rima. El patrón de crecimiento prolongado seguido de una reversión brusca ya se ha visto antes—el crash tecnológico de los 2000, la crisis financiera de 2008. Una recesión en los 2030, potencialmente severa, no es solo plausible; es estructuralmente probable si la inflación de activos actual continúa sin control.

¿La carta comodín? Cómo se desinfla la burbuja de IA. Si las valoraciones se comprimen mientras las ganancias de productividad reales no se materializan, estaremos ante un dolor genuino, no solo una corrección saludable.

Esta opinión será o bien vista como profética en el futuro o completamente equivocada. No hay un punto medio—los mercados rara vez dividen la diferencia en cambios estructurales.