El éxito de los memes radica en encender las emociones. Pero cuánto puede durar esa llama no depende solo de la popularidad, sino de si los usuarios están dispuestos a participar realmente.

Muchos solo observan desde fuera; para convertir a los espectadores en participantes, se deben cumplir tres condiciones básicas. Primero, la entrada debe ser corta; segundo, los pasos deben ser pocos; y tercero, la retroalimentación debe ser inmediata tras la participación. Mientras haya una interrupción en esta cadena, por muy alta que sea la popularidad, la atención de los usuarios se dispersará en un instante y desaparecerá en el océano de información.

En el ecosistema actual de memes, algunos productos han optimizado bien esta parte. Por ejemplo, algunas plataformas de memes en el ecosistema TRON han hecho que la cadena de participación sea más fluida: la distancia desde el descubrimiento hasta la entrada es menor, y el proceso desde la entrada hasta la difusión es más natural. El costo de acción para los usuarios se ha reducido, y la popularidad de la comunidad se mantiene y amplía con mayor facilidad, formando un ciclo virtuoso. Para los participantes, esto es una experiencia más satisfactoria; para la comunidad, significa una mayor vitalidad.