Después de tantos años operando, finalmente he llegado a una conclusión: si apuestas en la dirección equivocada, por más que mires gráficos estarás perdiendo el tiempo.

El movimiento de $ZEC últimamente me ha hecho recordar esto. Aprender indicadores y analizar es importante, pero una vez que operas en contra de la tendencia principal, tu cuenta te enseñará a ser humilde con dinero real.

El mercado claramente está en una trayectoria ascendente y se mueve bastante cómodo, la tendencia alcista está allí, clara y evidente, pero aún hay quienes se preguntan "¿debería hacer una corrección?". En ese momento, ir en contra del mercado, en realidad, es pelearse con su propio capital. Insistir en encontrar un techo, y la mayoría de las veces, la conclusión es que te dan una bofetada.

Lo mismo pasa en el lado opuesto. Cuando la tendencia claramente es bajista y las medias móviles ya están en orden bajista, todavía piensan en comprar en contra de la tendencia para "demostrar lo fuerte que son". ¿Eso es trading? No, eso es rabia. El mercado no se moverá en contra solo porque tú no aceptes la realidad, y al final, lo que pasa es que te hundes más y más.

He descubierto que la mayoría de las pérdidas no vienen por no entender las velas, sino por no poder soltar esa obsesión mental. Cuando hay que entrar, se duda demasiado; cuando hay que cortar pérdidas, se aguanta a toda costa, siempre intentando lograr una "operación perfecta" — comprar en el mínimo y vender en el máximo. Lo irónico es que esa fantasía de perfección solo hace que el mercado te golpee una y otra vez.

Luego, simplifiqué mucho mi forma de operar. Antes de hacer una orden, me pregunto: ¿el mercado ahora me ayuda o me bloquea?

Si me ayuda, sigo su ritmo y gano dinero; si me bloquea, doy la vuelta y me voy, sin perder tiempo en discusiones. El mercado no recompensa a los que creen que son más listos, solo recompensa a quienes están dispuestos a bailar con él. Bajar las expectativas y escuchar lo que el mercado dice, hace que operar sea mucho más sencillo.

En realidad, hay una sola regla: frente a la tendencia, no hay excepciones. Si aciertas en la dirección, ya has ganado la mayor parte del camino.