¿Qué ha pasado en el mercado de criptomonedas en las últimas seis semanas? Una ola de turbulencias que ha sacudido todo el ecosistema.

Algunos inversores entraron con una posición fuerte cuando Bitcoin alcanzó los 120,000 dólares, pero un mes después se despertaron y descubrieron que sus Bitcoin valían solo 90,000. Esto no es un caso aislado de alguien en particular, sino una fotografía real del mercado en su conjunto. En solo seis semanas, el valor total de mercado de las criptomonedas se ha evaporado en más de 1.2 billones de dólares, una cantidad equivalente a la pérdida total del valor de mercado de Alphabet, la matriz de Google.

Cuando Bitcoin cayó desde su máximo histórico de 126,000 dólares a principios de octubre hasta la zona de 80,000 dólares a finales de noviembre, las cuentas con apalancamiento fueron golpeadas una tras otra, pero se puede observar que los capitales institucionales estaban moviéndose en silencio. El pánico y la avaricia se alternan continuamente en el mercado, y esta caída abrupta siempre tiene sus pistas.

**Caída en picado de Bitcoin**

¿Y los números? Desde el pico alcanzado en octubre, Bitcoin empezó a caer. El 18 de noviembre, rompió directamente la barrera de los 90,000 dólares, llegando a un mínimo de 89,012 dólares. Para el 23 de noviembre, el precio ya había caído a cerca de 86,000 dólares, una caída superior al 30% desde su máximo, alcanzando un mínimo en casi 7 meses.

Esta caída no afectó solo a Bitcoin. Ethereum cayó directamente de 3918 dólares a 2946 dólares, con una caída mensual del 24.8%. Las principales monedas como Solana, Cardano, entre otras, también vieron caídas superiores al 30%. Dogecoin fue aún más severo, cortando su máximo de octubre a la mitad, con una evaporación inmediata de 5.2 mil millones de dólares en su valor de mercado.

La situación en el mercado de derivados fue aún más extrema. Los datos de liquidaciones en las principales plataformas muestran que las posiciones forzadas en el corto plazo alcanzaron decenas de miles de millones de dólares. Los que estaban en long fueron forzados a cerrar sus posiciones, mientras que los que estaban en short se debatían entre aprovechar la caída o detener sus pérdidas.

Detrás de esta corrección, los capitales estaban llevando a cabo una partida silenciosa. Los inversores con apalancamiento activaron órdenes de stop-loss en cadena, mientras que los fondos institucionales estaban buscando oportunidades para posicionarse. El mercado, en esta dinámica de vaivén, está redistribuyendo la riqueza.