Cada persona que ha escrito un contrato en la cadena entiende esa sensación: terminar de escribir el código a las 3 de la madrugada, que la testnet funcione de manera increíble, y justo al pasar a la mainnet ser despertado por la tarifa de Gas. En ese instante, esa serie de números, pasa de ser una idea genial a un rechazo directo, con solo un botón de confirmación de por medio.
Esta es la realidad más dolorosa del desarrollo actual de contratos inteligentes: tu habilidad técnica y tus ideas innovadoras, a menudo terminan muriendo por las fluctuaciones de los costos. Cada interacción en la cadena, especialmente aquellas que involucran llamadas a datos externos, requiere pagar dos tipos de tarifas: el costo de empaquetado de la red y la tarifa por el servicio de datos. Y ambas tarifas son difíciles de predecir, una varía con la congestión de la red y la otra depende de la política de precios del proveedor de servicios.
La buena noticia es que la industria empieza a abordar este problema de manera directa. Algunas soluciones de servicios de datos están explorando una nueva estrategia: considerar la certeza de los costos desde la arquitectura misma. Por ejemplo, adoptar un modelo de extracción bajo demanda en lugar de un push continuo, lo que reduce operaciones innecesarias en la cadena desde la fuente. Más aún, algunos proveedores están experimentando con mecanismos de ajuste dinámico de costos — ajustando las tarifas de servicio en función del precio en tiempo real del Gas en Ethereum u otras cadenas públicas, e incluso ofreciendo descuentos durante periodos de congestión de la red.
Esto no es solo una estrategia de marketing, sino un diseño real a nivel de sistema para los costos. Imagina lo siguiente: cuando Ethereum se congestiona por un lanzamiento de NFT popular y el precio del Gas alcanza los 200 Gwei, en lugar de pagar más, tu costo por llamada a datos puede beneficiarse de un coeficiente de descuento temporal. La lógica detrás es clara: dado que la red ya es cara, los proveedores también suben sus precios para obtener una segunda ganancia; en lugar de eso, es mejor que compartan la carga de los costos con los desarrolladores, para mantener la fidelidad de los usuarios y la vitalidad del ecosistema.
El núcleo de esta estrategia consiste en transformar la incertidumbre en los costos de desarrollo en un parámetro predecible y optimizable. Para las aplicaciones en la cadena, ya no es necesario apostar a que las tarifas de Gas o los costos de datos subirán de repente; para el ecosistema, una fijación racional de precios puede atraer a más desarrolladores a participar. Después de todo, reducir el riesgo financiero de la innovación es, en sí mismo, un impulso para generar más innovación.
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Cada persona que ha escrito un contrato en la cadena entiende esa sensación: terminar de escribir el código a las 3 de la madrugada, que la testnet funcione de manera increíble, y justo al pasar a la mainnet ser despertado por la tarifa de Gas. En ese instante, esa serie de números, pasa de ser una idea genial a un rechazo directo, con solo un botón de confirmación de por medio.
Esta es la realidad más dolorosa del desarrollo actual de contratos inteligentes: tu habilidad técnica y tus ideas innovadoras, a menudo terminan muriendo por las fluctuaciones de los costos. Cada interacción en la cadena, especialmente aquellas que involucran llamadas a datos externos, requiere pagar dos tipos de tarifas: el costo de empaquetado de la red y la tarifa por el servicio de datos. Y ambas tarifas son difíciles de predecir, una varía con la congestión de la red y la otra depende de la política de precios del proveedor de servicios.
La buena noticia es que la industria empieza a abordar este problema de manera directa. Algunas soluciones de servicios de datos están explorando una nueva estrategia: considerar la certeza de los costos desde la arquitectura misma. Por ejemplo, adoptar un modelo de extracción bajo demanda en lugar de un push continuo, lo que reduce operaciones innecesarias en la cadena desde la fuente. Más aún, algunos proveedores están experimentando con mecanismos de ajuste dinámico de costos — ajustando las tarifas de servicio en función del precio en tiempo real del Gas en Ethereum u otras cadenas públicas, e incluso ofreciendo descuentos durante periodos de congestión de la red.
Esto no es solo una estrategia de marketing, sino un diseño real a nivel de sistema para los costos. Imagina lo siguiente: cuando Ethereum se congestiona por un lanzamiento de NFT popular y el precio del Gas alcanza los 200 Gwei, en lugar de pagar más, tu costo por llamada a datos puede beneficiarse de un coeficiente de descuento temporal. La lógica detrás es clara: dado que la red ya es cara, los proveedores también suben sus precios para obtener una segunda ganancia; en lugar de eso, es mejor que compartan la carga de los costos con los desarrolladores, para mantener la fidelidad de los usuarios y la vitalidad del ecosistema.
El núcleo de esta estrategia consiste en transformar la incertidumbre en los costos de desarrollo en un parámetro predecible y optimizable. Para las aplicaciones en la cadena, ya no es necesario apostar a que las tarifas de Gas o los costos de datos subirán de repente; para el ecosistema, una fijación racional de precios puede atraer a más desarrolladores a participar. Después de todo, reducir el riesgo financiero de la innovación es, en sí mismo, un impulso para generar más innovación.