
La cadena de alianzas constituye un tipo de red blockchain que se sitúa entre las cadenas públicas y las privadas, y cuya gestión recae en varias organizaciones o instituciones de forma conjunta. Este sistema blockchain utiliza nodos previamente seleccionados para la verificación del consenso, con participantes que disponen de permisos claramente definidos y mecanismos de autenticación de identidad. Las cadenas de alianzas mantienen las propiedades de libro mayor distribuido y resistencia a la manipulación de la tecnología blockchain, pero ofrecen mayor eficiencia en el procesamiento de transacciones y mejor protección de la privacidad respecto a las cadenas públicas, lo que ha favorecido su amplia adopción en aplicaciones empresariales.
El origen de las cadenas de alianzas surge de la demanda de soluciones eficientes y regulables durante el proceso de comercialización de la tecnología blockchain. Aunque Bitcoin y Ethereum, como cadenas públicas, consiguieron una descentralización total, se encontraron con límites de rendimiento y retos de cumplimiento normativo. El concepto de cadena de alianzas empezó a definirse alrededor de 2015, con la aparición de Hyperledger Fabric desarrollada por IBM, Corda de R3 y otros proyectos blockchain consorciados liderados por compañías fintech, que buscaban ofrecer una infraestructura blockchain más adecuada a las necesidades de las instituciones financieras, la gestión de la cadena de suministro o las administraciones públicas.
El funcionamiento de las cadenas de alianzas se articula principalmente en cuatro aspectos. En primer lugar, el mecanismo de admisión de nodos garantiza que únicamente las instituciones autorizadas puedan desplegar nodos de verificación y participar en el mantenimiento de la red. En segundo lugar, las cadenas de alianzas suelen utilizar algoritmos de consenso eficientes como PBFT (Practical Byzantine Fault Tolerance), Raft o PoA (Proof of Authority) mejorados, eliminando la necesidad de pruebas de trabajo intensivas en recursos, como sucede en las cadenas públicas. En tercer lugar, las cadenas de alianzas permiten controlar con precisión los permisos de acceso a los datos, de manera que cada participante accede solo a la información que necesita, protegiendo así los datos comerciales sensibles. Por último, los contratos inteligentes están muy presentes en las cadenas de alianzas y ejecutan de forma automática las reglas de negocio predefinidas, garantizando la coherencia y la trazabilidad del procesamiento de transacciones.
A pesar de cubrir muchas necesidades empresariales, las cadenas de alianzas aún presentan varios retos. El primero es la gobernanza: coordinar los intereses, los mecanismos de decisión y la asignación de responsabilidades entre los miembros del consorcio exige un diseño cuidadoso para evitar ineficiencias o desequilibrios de poder. En segundo lugar, la interoperabilidad entre distintas cadenas de alianzas sigue siendo limitada, lo que genera compartimentos estancos de información y reduce el valor global. Desde el punto de vista técnico, resulta clave equilibrar el rendimiento, la seguridad y el grado de descentralización, un equilibrio que depende del caso de uso. Además, el cumplimiento regulatorio es especialmente relevante en operaciones internacionales, ya que requiere adaptarse a las normativas legales de diferentes jurisdicciones. Por último, la sostenibilidad empresarial de los proyectos de cadenas de alianzas sigue generando dudas, ya que muchos no logran los retornos esperados tras grandes inversiones iniciales.
Como forma práctica de la tecnología blockchain en entornos corporativos, las cadenas de alianzas representan la integración efectiva del libro mayor distribuido con las necesidades reales del tejido empresarial. Conservan ventajas esenciales de la blockchain, como la inmutabilidad de los datos y los mecanismos de consenso, pero responden a los requisitos operativos de las aplicaciones empresariales gracias al control de permisos y la optimización de la eficiencia. Conforme la tecnología madura y se consolidan los procesos de estandarización, se espera que las cadenas de alianzas contribuyan de forma significativa a los servicios financieros, la gestión de la cadena de suministro, la sanidad y otros ámbitos, impulsando la eficiencia de la colaboración entre organizaciones y la transformación de los procesos empresariales.


