Nunca lleves a tus colegas a casa, saben que eres pobre y te mirarán por encima del hombro. Saben que eres rico y aprovecharán cualquier oportunidad para ponerte obstáculos. Además, no pongas en casa una mesa de té para recepciones, ni una mesa para reuniones. Habla de los asuntos fuera, come fuera, e incluso no dejes que la gente sepa en qué piso vives. Una vez que llevas a alguien a casa, tu entorno de vida, situación económica y algunos pequeños hábitos que no quieres que otros conozcan, quedarán al descubierto. Esto no es socializar, es poner una bomba de tiempo para ti mismo.
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Nunca lleves a tus colegas a casa, saben que eres pobre y te mirarán por encima del hombro. Saben que eres rico y aprovecharán cualquier oportunidad para ponerte obstáculos. Además, no pongas en casa una mesa de té para recepciones, ni una mesa para reuniones. Habla de los asuntos fuera, come fuera, e incluso no dejes que la gente sepa en qué piso vives. Una vez que llevas a alguien a casa, tu entorno de vida, situación económica y algunos pequeños hábitos que no quieres que otros conozcan, quedarán al descubierto. Esto no es socializar, es poner una bomba de tiempo para ti mismo.