En realidad, ya me había dado cuenta en aquel momento: tardabas cada vez más en responderme, ya no compartías tu día a día conmigo como antes. Creía que siempre tendríamos temas de conversación interminables. Después, tu actitud hacia mí se volvió cada vez más fría, incluso a través de la pantalla podía sentirlo. Ese día, dejaste de responder a mis mensajes y yo, de forma tácita, tampoco volví a buscarte.
Sé que cada persona tiene derecho a elegir; acompañar un tiempo es fácil, pero acompañar siempre es muy difícil. En la encrucijada, tú te empeñaste en ir a la izquierda y yo sólo pude irme a
Ver originales